jueves, 28 de junio de 2012

Curiosidades y anécdotas: El Cristo de la Clemencia de Sevilla y sus salidas procesionales extraordinarias


El extraordinario Cristo Crucificado de la Clemencia, realizado por Juan Martínez Montañés, fue creado para un oratorio particular y no estaba pensado para procesionar, por lo que no perteneció ni pertenece a ninguna cofradía o hermandad. Desde los resultados de las políticas de Mendizábal está en la Catedral de Sevilla, pero procesionó excepcionalmente por las calles hispalenses el 2 de abril del 1920, con motivo del Santo Entierro Magno. Lo hizo sobre el paso de Santa Justa y Santa Rufina y con un inusual elemento, ya que presentaba potencias en su cabeza.


El Cristo de la Clamencia por la Puerta de Palos, Santo Entierro Magno de 1920.


Años después, y con el fin de cerrar las Santas Misiones organizadas por el Cardenal Segura, el 19 de Marzo de 1.952 el Cristo de la Clemencia volvió a salir procesionalmente, de nuevo de forma excepcional, aunque en esta ocasión sobre el paso del Cristo del Calvario. Se cuenta que cuando iban a colocar al Cristo de la Clemencia en el paso, hicieron notar que la Sagrada Imagen, no siendo procesional carecía de perno central, causando la preocupación de los organizadores del cortejo, que a pesar de todo se llevó a cabo, debido a la insistencia del prelado, que ordenó que todas las levantás se hicieran a pulso.


Santo Entierro Magno de 1920.


El genial escultor andaluz Juan Martínez Montañés, nacido en Alcalá la Real (Jaén), realizó este Cristo entre los 1603 y 1606, para la Cartuja de las Cuevas de Sevilla, concretamente para la capilla personal de Mateo Vázquez de Leca, quién fue el artífice del encargo. Hasta 1836 la imagen estuvo en dicho convento, pero por causa de la Desamortización de Mendizábal pasó a la Catedral, siendo instalado en la Capilla de Los Cálices a mediados de la década de los 50 del siglo XIX. En 1992, con motivo de la Exposición Universal y de mejoras en las capillas, se cambió la imagen a la capilla de San Andrés, en la que actualmente se venera. Sabido ésto, ya no tendría sentido el sobrenombre de "Cristo de Los Cálices", con el que generalmente se le conoce, aunque popularmente, aún se le sigue denominando así.



Cierre de las Santas Misiones, 1952.


La imagen del Cristo de la Clemencia nos muestra, en una composición trapezoidal, a Jesús clavado en la cruz mediante cuatro clavos, dos en sus manos y otros dos en sus pies, aún vivo y con la cabeza inclinada hacia su hombro derecho. Por suerte se conocen las circunstancias concretas que inspiraron esta obra, ya que se ha conservado el contrato que reguló su ejecución, firmado entre el escultor y el canónigo Mateo Vázquez de Leca, quien deseaba tener en su capilla particular una imagen de un crucificado que debía "de estar vivo... con la cabeza inclinada sobre el pecho, mirando a cualquier persona que estuviese orando al pie del, como que está el mismo Cristo hablándole...". De este modo, la iconografía específica de la imagen quedaba convertida en obligación contractual para el artista.


Cristo de la Clemencia, Catedral de Sevilla.




Fuentes consultadas:
El Cristo de la Clemencia, Juan Diego Caballero.
Semana Santa en Sevilla, Manuel Pérez.
La Semana Santa de 1952, Julio Gómez.


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