martes, 16 de octubre de 2012

Arte Cofrade: Restauración de José Miguel Tirao Carpio del Ecce Homo de Tobarra


INFORME SOBRE LA RESTAURACIÓN DE LA IMAGEN DEL “ECCE HOMO”DE TOBARRA.




Imagen de autor anónimo,(atribuida por testimonios orales a Carbonell) una talla datada hacia 1875, si bien el cuerpo, pies y manos pertenecen al escultor valenciano José Díes López, el cual los tallara para recomponer la imagen tras la guerra civil.







El estado de conservación, producido por el paso del tiempo, y el deterioro de las maderas empleadas, se encontraba en un avanzado estado de deterioro, por lo que su restauración se podría considerar urgente, y más aun una vez examinada con detenimiento en el estudio.

Una vez en el taller, se procedió a efectuar calas, y lijados con el fin de evaluar en toda su extensión el estado de la imagen, y el orden más correcto para su restauración.












Se inicia el proceso con la limpieza de la policromía, para determinar con claridad las distintas capas de barnices y óleos empleados en las sucesivas restauraciones acometidas sobre al obra.

1º Se retira la capa de protección realizada con barniz, que se encontraba enranciado y con poca adherencia, para lo que se emplea disolvente natural, efectuándose con relativa facilidad.

2º Las dos restauraciones, claramente visibles, realizadas sobre la obra original, nos ponen en dudas sobre la actuación, mantener la actual para no ofrecer un posible deterioro de la devoción de las gentes o recuperar la obra original, por lo que se procedió a realizar varias calas para ver el estado y policromía de la obra original, el cual pudo apreciarse claramente que se encontraba en un buen estado y mantenía una muy notable dureza y consistencia, así como una considerable calidad y tonalidad natural y muy superior a las actuaciones posteriormente realizadas. Por lo que se procedió a la retirada con diluyentes apropiados, de las distintas capas de oleos que ocultaban la original, viéndonos gratamente sorprendidos por el resultado, dejando al descubierto las perdidas de policromía y la faltas de base desprendidas por el tiempo, quedando así finalizado el proceso de recuperación de la imagen.

Una vez limpia y recuperada la policromía original existente, se procedió a la recuperación de la estabilidad material de Las maderas empleadas para la realización de la imagen, las cuales son de pino, pegadas con colas animales, sobre las que se aprecia el cristalizado de las colas y dejando ver las grietas existente por la falta de adherencia de las colas producida por el paso del tiempo.

1º Se procedió a la limpieza y retirada de las colas, de todas las grietas existente en la imagen, siendo especialmente visible la unión de la cabeza al cuerpo.

2º Se encolaron todas las grietas y se le incorporan cuñas de madera, para de esta forma tratar de mantener una estabilidad material que nos permita de esta forma alargar la vida de la imagen.

3º Se reintegran todas las faltas de estuco que se encuentran por toda la obra, quedando el cuerpo preparado para la incorporación de la policromía.

Recuperado y preparado el cuerpo, se inicia el proceso más delicado y minucioso, con la recuperación de todas las faltas de la capa de preparación, compuesta de carbonato cálcico aglutinado con cola de origen animal.

1º Reintegrando todas y cada una de las perdidas de base, de forma ordenada y sin alterar la policromía original ni la capa de base que se encuentra en buen estado, siendo buena parte de las mismas no superiores a varios milímetros cuadrados.

2º El repaso y nivelado de las bases reintegradas, realizadas bajo lupa de aumento y bisturí, dejando de esta forma preparado el rostro de la imagen para su reintegración cromática.

El proceso de restauración de la policromía se realiza por igualada, por lo que se procedió a;

1º Realizar una composición de base al óleo, lo mas parecida posible a la original, y reintegrar todas las faltas de la misma, sin sobrepasar las lagunas respetando al máximo la policromía original en el cuerpo, manos, pies y en el rostro. No tratando de ocultar de forma perpetua las perdidas originales, sino de ocultar a vista del ojo humano la policromía original de la restauración, es decir que visto a trabes de luz ultravioleta se aprecia claramente la original de la restauración, tratando así de no ofrecer unos desajustes de diferenciación que para una imagen que se encuentra al culto, siempre bajo mi personal punto de vista pueden resultar ciertos contrastes que puedan alterar la devoción de la obra.
2º Una segunda mano de óleo para realizar las veladuras, y tonalidades, que nos ofrecen una policromía compacta consiguiéndose una sensación de uniformidad.







La restauración finaliza, con la incorporación del barniz de protección, de máxima calidad, durabilidad y transparencia, siendo este en un satinado/mate para que no produzca molestos reflejos y se observe con mayor naturalidad.


El Restaurador
José Miguel Tirao Carpio






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