martes, 2 de abril de 2013

Fue noticia: Un Resucitado hecho «en mis ratos libres»


La sobrina nieta del Deán Payarinos presencia la procesión del Domingo de Pascua, en la que desfiló la imagen que talló hace 50 años

01.04.2013 - IDOYA REY

El arzobispo, Jesús Sanz Montes, sale de la Catedral para presidir la procesión del Domingo de Resurreción. En la puerta, casi la Corrada del Obispo, se detiene un momento para saludar con cariño a una menuda y sonriente mujer. Es la autora del Cristo Resucitado que procesionará minutos después. Se llama Covadonga Romero, es sobrina nieta del Deán Payarinos, en cuya, ahora Conservatorio, vivió y fue bautizada. Tiene 96 años y ayer se acercó para ver el fruto de sus manos protagonizar la estación de penitencia por segunda vez. La primera ocurrió en 1963.

Hermanos de Los Estudiantes en la procesión del Domingo de Resurrección 2013

«La fui haciendo en mis ratos libres. No recuerdo cuánto tiempo tardé», comentaba. No fue una tarea sencilla. El primer armazón se hundió y hubo de volver a comenzar el trabajo desde el principio. «Encargó barro de Alemania, que era muy bueno. Luego se pasó a escayola y después a madera», explicaba su hija, Elena Carabia.


Hasta ayer, la figura aguardaba en la capilla de Santa Bárbara de La Catedral. La Junta de Hermandades decidió este año procesionar con el paso que fue restaurado y policromado. Sustituye a la realizada por el escultor candasín Vicente Menéndez, 'Santarúa'. El exalcalde Gabino de Lorenzo atendiendo la demanda de las cofradías realizó el encargo en 2006. Pagó 130.000 euros por el Cristo de «aluminio marino» que ya en su presentación no gustó a todo el mundo. Sin ir más lejos, el año pasado algunas voces lamentaban que el dinero no se hubiera destinado para restaurar otras imágenes como el Resucitado que se guarda en Santo Domingo, atribuido a Antonio de Borja, y que tradicionalmente procesionaba los Domingos de Resurrección.

La procesión a su paso por la plaza del Ayuntamiento.
(Fotografía: M. ROJAS)

El Cristo Resucitado tallado por Romero fue una donación a la Hermandad de los Defensores de Oviedo que la sacaron en procesión solo aquel año. «Después la Semana Santa desapareció de la ciudad no se sabe muy bien porqué», lamentaba ayer Romero.

Pero ha vuelto. Desde que se recuperara hace ya 18 años, las hermandades y cofradías intentan mejorar cada año, no sin cierta rivalidad entre ellas. Un farol nuevo, una mejora en el paso, una nueva cruz de guía, el acompañamiento de una reconocida y elogiada banda de cornetas. Lo que se pueda para consolidarla.

Más cofrades, menos turistas

El arzobispo de la ciudad, Jesús Sanz Montes, quiso acercarse a Romero, para felicitarla por su esfuerzo y trabajo en la imagen. También minutos antes, durante la homilía de la misa del Domingo de Resurrección, ante una Catedral llena de fieles, agradeció la labor de las cofradías, «que habéis sufrido en estos días de tanta lluvia». Porque no ha sido una buena Semana Santa para las hermandades. Cada año suman más miembros con ganas e ilusión de procesionar, pero de las diez estaciones de penitencia que componen la Semana Santa ovetense, solo cinco pudieron pasear por las calles de la ciudad: La Borriquilla, que casi se estrenaba este año; El Nazareno, que salió bajo la lluvia; La 'Madrugá', la única de las tres procesiones de la cofradía de Los Estudiantes que pudo salir; La Soledad, y la de Jesús Resucitado. La lluvia impidió hasta el tradicional rito del indulto del Jesús Cautivo en el palacio de Camposagrado, que hubo de hacerse en la iglesia de San Juan. «Son muchos preparativos. Nosotros tenemos que subirlo y montarlo todo. Había muchas caras largas desmontando más allá de la medianoche. Es una pena», recuerda Miguel Ángel Blanco, hermano mayor del Silencio que no pudo salir este año.

El arzobispo saluda a Covadonga Romero.
(Fotografía: M. ROJAS)

Muchos esfuerzos truncados que no solo afectan al ámbito religioso. Hostelería de Asturias apostó este año, por tercera vez, por las jornadas gastronómicas 'Los bocados del cofrade'. Incluso idearon una bebida propia, algo así como la limonada leonesa. La promoción llegó incluso al ámbito nacional. ¿Funcionó? Las cifras oficiales aún no se conocen, aunque la impresión de los propietarios hosteleros coincide independientemente de la zona: «La lluvia se ha notado bastante, aunque nos mantenemos como el año pasado».

En el casco antiguo, «se ha notado mucho la visita de turistas desde el jueves. El resto de la semana, con las lluvias, la clientela fue la de siempre. Lo que sí funcionó muy bien fueron los pinchos, mucha gente los probó», explicaba Ignacio García, de La Gran Taberna. En otras zonas de restauración más alejadas del Oviedo redondo, la tendencia fue similar. «La Semana Santa fue como en años pasados, aquí bajan un poco los clientes porque no es zona turística», razonaba Javier Faes, del restaurante La Cama la Güela, en la avenida de Galicia. En la calle Gascona más de lo mismo. «La crisis se notó con una bajada de visitantes hace dos años, desde entonces nos mantenemos. La Semana Santa de Oviedo ya es conocida», concluye Francisco Colunga, presidente de la Asociación el Bulevar de la Sidra.

Diario "EL COMERCIO":



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