“Al tercer día hubo una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús. No tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. En esto dijo la madre de Jesús a éste: No tienen vino. Díjole Jesús. Mujer, ¿qué nos va a mi y a ti? No es aún llegada mi hora. Dijo la madre a los servidores: Haced lo que Él os diga.
Hornacina en dónde se encuentra la Hidria (Catedral de Oviedo) |
Había allí seis tinajas de piedra para las purificaciones de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres metretas. Díjoles Jesús: llenad las tinajas de agua. Las llenaron hasta el borde, y El les dijo: Sacad ahora y llevadlo al maestresala. Se lo llevaron, y luego que el maestresala probó el agua convertida en vino él no sabía de dónde venía, pero lo sabían los servidores, que habían sacado el agua, llamó al novio y le dijo: Todos sirven primero el vino bueno y cuando están ya bebidos, el peor; pero tú has guardado hasta ahora el vino mejor.”
No sé cómo ni cuándo pero al parecer una de esas tinajas llegó a Oviedo y aquí se conserva convertida en una de las piezas más importantes de la catedral. Aparece ya en el inventario fechado a finales del siglo XI en estos términos: In ipsa autem principali ecclesia habetur una de sex idriis in quipus Dominus aquam verter in vinum, o lo que es lo mismo: En esta iglesia principal se guarda también una de las seis hidrias en las que el Señor convirtió el agua en vino.
Esta hidria está en una hornacina
cerrada cuyo interior está decorado con pinturas que parecen pertenecer al
siglo XVIII y está situada entre el altar de la Purísima y la puerta de entrada
a la Capilla del rey Casto.
San Salvador (Catedral de Oviedo) |
Era muy visitada por los peregrinos
que camino de Santiago se detenían para ganar indulgencias orando ante el
Salvador ya que conocido de todos era el dicho de que “el que va a Santiago y
no al Salvador, visita al criado y deja al Señor”
Grabado de la Catedral de Oviedo con San Salvador Francisco Javier Parcerisa y Boada (1802-1876) |
Se nota en el desgaste de los
tres escalones de piedra que para llegar a ella le separan del suelo. Esta
hidria es de grandes dimensiones de una piedra que parece marmórea, muy dura.
La puerta antigua que cerraba la hornacina tenía un hueco por la parte inferior
por donde los peregrinos introducían el bordón para tocar la hidria cuando no
tenían la ocasión de verla, y de esas rozaduras tiene un desgaste muy notorio.
Para evitar que se deteriorara más, en el siglo XVII, el Prelado señor Osorio
mandó que se cerrara ese hueco.
Hidia de las Bodas de Caná (Catedral de Oviedo) |
Todavía hoy, esta hornacina se
abre todos los años durante la fiesta de San Mateo y también el día en que se
lee el Evangelio de la Misa de las Bodas de Caná. En ambas ocasiones acude gran
cantidad de personas a beber el agua bendecida que se ha depositado previamente
en la hidria.
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