Las puertas del Edificio
Histórico de la Universidad de Oviedo se abren, son las doce de la noche, Los
Estudiantes salen al encuentro de todos los carbayones. Ya es madrugá, y el
Señor de la Sentencia recorre las calles, las luces de las farolas están
apagadas, sólo la cera virgen de los cirios y los guardabrisas iluminan su caminar. Cristo será sentenciado a muerte.
Fotografías: José Luis Montamarta
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