En la visita 'ad limina' se ha referido a la importancia de las cofradías en la vida de la Iglesia. En el encuentro del pasado año les invitó a no tener una vida cristiana mediocre.
La visita ad limina de los obispos del Sur de España ha coincidido con el inicio de la Cuaresma en Roma y casi con el primer aniversario del nombramiento del Papa Francisco, que tiene lugar hoy. Durante este año de pontifciado ha tenido varias ocasiones importantes para dirigirse a la religiosidad popular, destacando la importancia y riqueza de ésta en la Iglesia. Lo hizo en el encuentro con las hermandades el pasado 5 de mayo y ahora en esta visita, a la que han acudido desde Huelva su obispo, José Vilaplana; el obispo emérito, Ignacio Noguer, y el vicario general, Baldomero Rodríguez Carrasco. El papa Francisco, en el encuentro mantenido con los obispos de las provincias eclesiásticas de Sevilla y Granada, ahondó en la piedad popular andaluza, destacando de ella que es "camino de vida cristiana" y pidió a los prelados que "cuiden y acompañen" a las hermandades.
En esta línea se había manifestado en el Encuentro con las Cofradías y Hermandades celebrado en Roma el pasado año, con ocasión del Año de la Fe convocado por Benedicto XVI; fue entonces cuando el santo padre se refirió a la religiosidad popular como "un tesoro que tiene la Iglesia" y exhortó a los cofrades "a no conformarse con una vida cristiana mediocre".
El Papa Francisco recibe al obispo emérito Ignacio Noguer,
y al obispo de Huelva, José Vilaplana.
Habló de tres aspectos que deben centrar la vida de las hermandades: evangelidad, eclesialidad y misionariedad. El pontífice les pidió que sean evangelizadores: "Cuando vais a los santuarios, cuando lleváis a la familia, a vuestros hijos, hacéis una verdadera obra evangelizadora. Es necesario seguir por este camino. Sed también vosotros auténticos evangelizadores. Que vuestras iniciativas sean puentes, senderos para llevar a Cristo". Realizó un llamamiento para el futuro, destacando que a lo largo de los siglos las hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor. Así los exhortó a "caminar con decisión hacia la santidad; no os conforméis con una vida cristiana mediocre, sino que vuestra pertenencia sea un estímulo ante todo para vosotros, para amar más a Jesucristo".
También hizo una llamada de atención cuando se refirió a que no son lícitos los recelos y enfrentamientos que, a veces, se dan entre hermandades y párrocos. Señaló que las dificultades no se superan fuera, sino dentro de la Iglesia y recordó que "la piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con vuestros pastores". A renglón seguido les dijo: "Queridos hermanos y hermanas, la Iglesia os quiere". El Papa Francisco le pidió a las hermandades, que amen a la Iglesia; "dejaos guiar por ella", "en las parroquias, en las diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana, aire fresco".
Resaltó el carácter misionero, porque "cuando lleváis en procesión el crucifijo con tanta veneración y amor al Señor, no hacéis sólo un gesto externo", sino que "indicáis que es necesario seguir a Cristo en el camino concreto de la vida para que nos transforme". Concluyó pidiendo a los cofrades "autenticad evangélica, eclesialidad, ardor misionero".
Una homilía que dijo el vicario para la celebración de la fe, Diego Capado, deberá servir de guía a los cofrades onubenses.
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