Entrados ya en el tiempo de Adviento, la Esperanza de Oviedo bendice a su ciudad ataviada por el Prioste y Vestidor de Los Estudiantes, D. Ígor Freijoó González, de Inmaculada Concepción, inspirándose, como esta tradicional para esta indumentaria, en aquellas bellas pinturas inmaculistas que realizaran los grandes pintores Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682) y Giovanni Battista Tiepolo (1696-1770)
Fue el 8 de diciembre de 1.854 cuando el Papa Pío IX, definió el dogma de la Inmaculada Concepción en su bula "Ineffabilis Deus" con las palabras que siguen: “La Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegios de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano”. Por lo tanto, Santa María fue desde el primer momento de su concepción, fue preservada de toda mancha del pecado original, habiendo en ella ausencia de pecado, presencia de la gracia santificante, virtudes y ausencia de inclinación al mal.
En cuanto a España, ya en el XI Concilio de Toledo el rey visigodo Wamba era titulado "Defensor de la Purísima Concepción de María", abriendo entre los monarcas hispanos una línea de devotos como Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador, el emperador Carlos I o Felipe II, que portaron en sus campañas militares el estandarte inmaculista. Carlos III, muy devoto a esta advocación mariana, hizo una orden en su nombre y declaró a la Inmaculada Concepción patrona de sus estados. Además, la Inmaculada Concepción es patrona de la Infantería Española, siendo el origen de este patronazgo el conocido Milagro de Empel, durante las guerras en Flandes, en diciembre de 1585. En Oviedo, la fiesta de la Inmaculada fue introducida en el calendario de San Salvador, como Fiesta de precepto, durante el episcopado de D. Gutierre de Toledo (1377-1389).
La Festividad de la Inmaculada Concepción fue fiesta de guardar en todo el Imperio español, desde el año 1644, y fue declarada fiesta de guardar en toda la Iglesia desde 1708 por el papa Clemente XI. Desde el año 1644 España celebra a la Inmaculada como patrona y protectora, siendo el 8 de diciembre fiesta de carácter nacional. Durante la celebración los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir casulla azul, privilegio otorgado por la Santa Sede en 1864, como agradecimiento que se hizo a España, por la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción.
Ahora que la Esperanza de Oviedo se viste de blanco y azul, los colores de la Inmaculada Concepcion, en este segundo Domingo de Adviento queremos implorar a Nuestra Madre, aún más si cabe, que nos ayudes a preparar nuestros corazones y mantengas viva la luz de nuestra Fe, en la espera de la pronta llegada del Salvador. Gracias Santa Maria Madre de Dios, por el fruto bendito de tu vientre, Jesús Nuestro Señor.
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