sábado, 25 de julio de 2015

Jacinto Verdaguer al Apóstol Santiago


Santiago, Patrón de España

Muchos conquistadores
ha tenido España,
de cuantos ha tenido
sólo vos la habéis guardado.

Pues su bordón
vale más que una espada,
seáis su todo tiempo
el Ángel de la guarda,
que el gran enemigo
la voltea todavía.


Esta poesía dedicada al Patrón de España, Santigo el Mayor, fue escrita originalmente en catalán por el sacerdote y gran poeta español, Jacinto Verdaguer (1845-1902), apareciendo publicada en el 1894 en su obra "Roser de tot l'any".

Jacinto Verdaguer en 1886
(Fuente: Vidas y Biografías)

Jacinto Verdaguer y Santaló nació en Folgarolas (Barcelona), el 17 de mayo de 1845. A la edad de diez años, ingresó en en el Seminario de Vich para cursar los estudios eclesiásticos. Residía en una casa de campo cercana a la ciudad, en donde también daba clases a los niños y ayudaba en las faenas agrícolas. En 1865 participó en los Juegos Florales de Barcelona y obtuvo dos galardones, volviendo a ganar dos premios en los mismos Juegos Florales al año siguiente. El 24 de septiembre de 1870 fue ordenado sacerdote, y en octubre de ese mismo año cantó su primera misa en la ermita de Sant Jordi de Puigseslloses.


Monumento al poeta y sacerdote Jacinto Verdaguer en Madrid
(Fotografía: FotoMadrid)

Fue capellán en la Compañía marítima Trasatlántica navegando hasta Cuba, también viajó a Tierra Santa, Francia, Suiza, Alemania, Rusia y, acompañando al segundo marqués de Comillas, de quién fue capellán-limosnero, al norte de África (Marruecos y Argelia). También realizó largas excursiones por el Pirineo catalán, y fue el primer español en pisar la cima del Aneto.

Monumento a Jacinto Verdaguer en Barcelon
(Fotografía: Wikipedia)

En el año 1877 el Consistorio de los Juegos Florales, le concedió el premio extraordinario de la Diputación de Barcelona por el poema "La Atlántida", siendo esta su consagración como poeta. El crítico Menéndez y Pelayo consideraba a Verdaguer como "el poeta con más dotes creativos de España", y Mistral, el poeta provenzal que ya le vaticinó un futuro excepcional como poeta, le envió una carta de felicitación. En el 1878 Verdaguer viajó a Roma, en una peregrinación que fue organizada por el obispo de Barcelona, destacando el hecho de que el Papa León XIII, quien también gustaba de la poesía, lo recibió y hablaron acerca de "La Atlántida", obsequiándolo Verdaguer con un ejemplar del poema.




Tuvo agrías polémicas con la jerarquía eclesiástica perdiendo las licencias eclesiásticas, aunque gracias a la intervención de los monjes agustinos de El Escorial, les fueron devueltas por el obispo Morgades. Tras todo esto, a finales de diciembre de 1897, Verdaguer pudo celebrar misa, y en febrero de 1898 fue destinado a la parroquia barcelonesa de Betlem, donde pasó sus últimos años como beneficiado.

Monumento a Jacinto Verdaguer en Madrid en dónde se lee:
"El más grande poeta épico de España".
(Fotografía: Un retiro salvador)

En el año 1902, a la edad de 57 años, se le declara una tisis galopante, por lo que el 17 de mayo se traslada, desde Barcelona, a una finca de Vallvidrera, para pasar unas semanas de convalecencia, aunque su estado de salud se agrava y será allí donde muera el 10 de junio de dicho año.




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