La hermandad de los Estudiantes ha recibido la imagen, tallada en Jaén, con la que inaugurará una nueva procesión en la madrugada del Jueves al Viernes Santo.
Martes 02 de marzo de 2010/Javier Neira
El Señor de la Sentencia es una talla realizada por el maestro José Miguel Tirao Carpio, discípulo directo del sevillano Luis Álvarez Duarte, quizás el mejor imaginero del siglo XX. La pieza es de tamaño natural y muestra a Cristo atado y ensangrentado, con la corona de espinas y las potencias -tres rayos de luz que le salen de la cabeza- durante el amargo trance de la sentencia a muerte, solo, traicionado y víctima de una justicia inicua. Es impresionante, de una altísima calidad artística.
Desde hace cuatro años, los Estudiantes sacan en procesión el Domingo de Ramos, y desde el templo de San Javier de la Tenderina, la imagen del Cristo de la Misericordia, a costal y con el estilo sevillano trianero, como no se realiza en ninguna otra procesión en la mitad norte de España. Este año sumarán a esa procesión otra en la madrugada del Viernes Santo y otras dos más, ya que desde la Tenderina hasta la Universidad y vuelta trasladarán la nueva imagen también en procesión.
Antoñita, en Jaén, con la imagen tendida en la furgoneta, lista para el traslado.
Como ha indicado Juan Eladio Llaneza, hermano mayor de los Estudiantes, la colaboración de la concejala de Seguridad Ciudadana Conchita García y del conjunto de la Policía Local «es excepcional, ya que sin su concierto no se podrían realizar estas cuatro muestras de fe en las calles de Oviedo».
El fervor andaluz se mostró con inusitada fuerza en el traslado de la imagen desde Jaén a Oviedo. Cuando el equipo de la hermandad de los Estudiantes instalaba en una furgoneta la imagen del Señor de la Sentencia para llevarla hasta la capital asturiana varios vecinos de Torredonjimeno se acercaron a rezar, así que la partida de la furgoneta se demoró tres horas y media porque acudían sin cesar más personas y no había forma de partir. La talla es de madera de cedro de Brasil con tres capas de policromía y una compleja corona de espinas. Las potencias -los rayos de la cabeza- son de pan de oro. La imagen es articulada y se sujeta al trono con cuatro tornillos de gran seguridad.
El pasado viernes noche, y como desde ahora todos los fines de semana hasta el día de la procesión, los costaleros ensayaron por las calles de Oviedo ante la mirada sorprendida y el apoyo de los jóvenes que estaban de fiesta. El tramo más difícil que realizaron fue el correspondiente al arco del Ayuntamiento y es que la altura del paso exige transitar durante 16 metros y medio de rodillas. El viernes cada costalero cargaba con 36 kilogramos de peso. El día de la procesión la carga per cápita llegará a los 40 kilogramos. En efecto, en dos tramos, los costaleros realizaron un ejercicio que si no se ve parece imposible, así que transitaron bajo el arco con éxito, llevando sobre la séptima vértebra todo el peso.
Los costaleros pasan de rodillas bajo el arco del Ayuntamiento, el viernes.
En el ejercicio del viernes los costaleros ensayaron asimismo tres chicotás -tiempo desde la levantá hasta el punto en que se arría el paso- que suelen ser de 5 minutos. Con el capataz Carlos Gustavo Pérez, la chicotá «Alma de Dios», trianera, con pasos adelante y atrás; con el capataz Antonio Capellán, la chicotá «Virgen de las Angustias», muy del gusto de los costaleros, tan bailada que parece que el Cristo anda, y con el capataz Carlos Milla, la chicotá «Perdona a tu pueblo», sentimental y fuerte.
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