miércoles, 20 de febrero de 2019

La Semana Santa en la pluma del Beato Lolo: Martes Santo


He leído que San Vicente de Paúl hizo voto de ver a Dios en las personas y en las cosas. Al menos en estos días, quiero esforzarme también en ir descubriéndole, dolorido, en los hombres y en los sucesos de mi tiempo. (Martes Santo)


Semana Santa: un trozo del “diario” del Beato Manuel Lozano Garrido

Tres de los libros escritos por Lolo son su propio ‘diario’. Es una modo de exponer él una autobiografía, sencilla, tierna, a veces escalofriante: Dios habla todos los días (“Con estas líneas empiezo un diario”, escribe; era abril de 1959); Las golondrinas nunca saben la hora, continua el ‘diario’ a partir de junio de 1961; y por fin, Las estrellas se ven de noche (septiembre de 1965). Las galeradas de este último se las acercaba el chico de la imprenta a su casa minutos después de que  hubiera muerto Lolo, cuando él -ciego desde hacía nueve años- ya estaba en la LUZ.



En todos sus libros son muchas las páginas en que desarrolla un tema crucial en toda su literatura: el valor redentor del dolor. Pero en estos ‘diarios’, llenos a la vez de su gracejo ingenuo y lleno de anécdotas, sin embargo se puede apreciar con toda su hondura el peso del día a día de su vida: vida vivida hasta el fondo, sorbida con fruición de esperanza y alegría; autoretrato y recuerdo de sus años vividos con pasión; peripecias sencillas, mezcladas con oración y reflexiones.

Muchas páginas de esos ‘diarios’ tienen la frescura del momento reciente, hasta el punto de que  apenas vivido el minuto y el momento, esos fragmentos salían  antes en la prensa, y luego se coleccionaban y completaban en ‘formato’ de libro.

Este artículo que sigue es una prueba de ello: Y de cómo se mezclan en él muchos de los temas  preferidos de su pluma: oración de un místico, pobreza y sagrario, sufrimiento, y… alegría.


Rafael Higueras Álamo - Postulador de la Causa de Canonización

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