Cientos de personas aclaman a los costaleros en el ascenso desde la Tenderina, uno de los puntos álgidos de una procesión de más de ocho horas
David Orihuela, 15.04.2019.
Una exhibición de fuerza, aunque para ellos "esto está empezando". Los costaleros de la Hermandad de los Estudiantes tardaron ayer poco más de cuatro minutos en subir la cuesta de La Vega (la calle Azcárraga), una de las más empinadas de la ciudad, con 800 kilos sobre sus espaldas. Fue a las 18.25 horas de la tarde, en uno de los momentos más espectaculares de la procesión de la Sagrada Lanzada del Santísimo Cristo de la Misericordia, la primera del intenso calendario que espera a los Estudiantes durante esta Semana Santa.
Cientos de personas aclamaron y vitorearon a los costaleros durante todo el recorrido, pero especialmente en el ascenso por La Vega. Arriba del todo, en el cruce con las calles San Vicente y Martínez Vigil, los costaleros salieron de debajo del paso y hubo algún relevo. Empapados en sudor, rojos por el esfuerzo, pero orgullosos de lo que habían hecho. La hermandad aprovecha ese parón para hacer entrega de un ramo de flores a las monjas del convento de las Pelayas.
Iván Zapico, capataz de la Hermandad de los Estudiantes, fue el encargado de dirigir la maniobra. La procesión llegó a las 18.18 horas a la parte baja de La Vega. El paso se detuvo y los costaleros tomaron aire antes de atacar uno de los momentos más duros. Por los respiraderos del paso miraban la cuesta que tenían por delante. Tres golpes de martillo de Zapico los advertía de que se pusiesen en posición. Al grito de "al cielo con el Rey de reyes", los costaleros levantaron el paso y empezaron a caminar lo más rápido posible cuesta arriba. El gentío aplaudió el esfuerzo.
Ya finalizada esta parte del recorrido, el propio Zapico explicaba que el paso de ayer no pesaba "demasiado", "son solo 800 kilos, para nosotros la Semana Santa está empezando, nos queda mucho por delante".
Si la subida de La Vega es espectacular, no lo es menos el momento de atravesar el arco del Tránsito de Santa Bárbara, ya de noche. La altura del paso de los Estudiantes no permite atravesar el arco caminando, así que deben hacerlo de rodillas, lo que supone un tremendo esfuerzo.
La procesión comenzó a las cinco de la tarde en la iglesia de San Francisco Javier de la Tenderina, donde tiene su sede la hermandad. Los caballeros legionarios sacaron la imagen de Cristo crucificado del templo mientras los fieles arrojaban pétalos de claveles sobre la imagen. Era el inicio de un recorrido que estaba previsto que se prolongase hasta la una y media de la madrugada, cuando los cofrades regresasen a la iglesia de la Tenderina.
En varios puntos del recorrido los Estudiantes rindieron honores a otras cofradías. En la plaza de la Catedral y en la capilla de La Balesquida también pararon unos minutos para mostrar sus respetos.
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