jueves, 28 de febrero de 2013

Función Principal de Instituto






Este domingo 24 de febrero tenía lugar en la Iglesia de San Francisco Javier de la Tenderina, la Función Principal de Instituto de la Hermandad de Los Estudiantes. El acto comenzaba  a la una y cuarto de la tarde cuando bajo los sones que tocaban la Agrupación Musical San Salvador de Oviedo, los Caballeros Legionarios cargaban sobre sus hombros desnudos al Santísimo Cristo de la Misericordia, para acercarlo hasta el altar, donde ya aguardaba el Señor de la Sentencia y las insignias de la Hermandad. Quedaban a tras los sinsabores del día anterior donde el tiempo no quiso que la la advocación mariana de esta Hermandad, La Esperanza de Oviedo, saliese por las calles de su ciudad y se encontrase con el gran número de fieles que aguardaban ver la pasar.




La Iglesia estaba repleta y esperaba ansiosa el momento de la imposición de medallas a los nuevos hermanos, después de que D. Alberto Reigada, director espiritual de la Hermandad y párroco de San Francisco Javier, nos deleitase con una magnifica homilía, fue cuando se dio paso al juramento de los nuevos hermanos y a la imposición de las setenta y dos nuevas medallas, y fue en ese momento cuando nos dimos cuenta que esta joven Hermandad sigue su camino, lento pero seguro, porque entre los nuevos hermanos pudimos ver una gran multitud de niños, que se formarán espiritualmente en el seno de esta Hermandad, siendo los cimientos de lo que ha de venir, porque ellos son el futuro y porque como bien dijo Jesús: “Dejad que los niños se acerquen a Mí”.




Y para cerrar este acto, se entregaron las Menciones de Honor de la Hermandad, los legionarios entonaron “El novio de la Muerte” y el Santísimo Cristo de la Misericordia volvió a su lugar, y allí podemos rendirle culto y devoción, hasta el Domingo de Ramos, cuando a las cinco de la tarde, se vuelva a escuchar el Himno de España y salga por las calles de Oviedo, este Dios hecho hombre que murió por nosotros y fue clavado en esa Cruz, símbolo de los cristianos que como bien dijera nuestro arzobispo D. Jesús Sanz Montes, en el jubileo de la Cruz en el mes de septiembre: “Esa es la Cruz que llevamos todos los cristianos, nuestra propia Cruz”.






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