jueves, 8 de junio de 2023

Prensa: Juan de Lara, el primer capataz de Sevilla en el siglo XVI


PASIÓN EN SEVILLA - 08/10/2014 


Corría el día quince de marzo del año 1592 cuando la junta de gobierno de la hermandad de Montesión encarga a Juan de Lara, albañil de profesión, mandar el paso que preside el Señor de la Oración en el Huerto al frente de una cuadrilla de hombres en la jornada del Jueves Santo en su anual estación de penitencia de ese mismo año a la Catedral. Se convirtió de esta forma, días después, en una de las jornadas que brillan más que el sol, en el primer capataz de la ciudad según se desprende en uno de los libros de actas de esta cofradía de la calle Feria, que han visto la luz gracias al arduo trabajo histórico de José Joaquín Moreno Gutiérrez, actual diputado de cultos de esta hermandad, y de los investigadores Salvador Hernández y Mariano López Montes.



En estos legajos se especifica claramente su labor mandando este paso y de la contratación por parte de la cofradía de dieciséis hombres “a razón de cuatro reales cada uno” , obligándose el capataz a estar en la sede canónica de esta corporación penitencial a la una de la tarde en esta jornada de la Semana Santa de la ciudad “ y sacar el dicho paso del dicho monasterio de Montesión hasta volverlo a la dicha iglesia”, una vez concluida la procesión. Incluso se especifica por parte de la hermandad una cláusula sobre la falta de hombres en esta jornada, ya que si así fuese la propia cofradía podría contratarlos al precio que costasen y este costo adicional sería descontado del total de reales de los dieciséis contratados con anterioridad con este capataz. Esta medida se incluye, así como el atuendo con el que debían ir vestidos estos costaleros, que iban revestidos con túnicas de color blanco.


En estos trabajos de investigación también han podido ser identificados varios documentos similares al mencionado con anterioridad datados entre los 1593 y 1599, donde se cita otro capataz, de nombre Gregorio Moreno, panadero de San Blas, y otros datos muy singulares sobre la contratación por parte de esta cofradía no solo de costaleros, dieciocho para el Cristo y seis para el paso presidido por la dolorosa, sino también músicos, alquiler de túnicas, costo de la inclusión de frailes en el cortejo o el lavatorio de cofrades de sangre, en este último caso con un costo en el año 1599 de 38 reales.

Mariano López Montes, que publicará próximamente un estudio pormenorizado sobre los antecedentes del mundo del costal, considera que gracias a la conservación de estos documentos en el archivo general del arzobispado de Sevilla se han podido estudiar siglos más tarde estos interesantes datos sobre las primeras cuadrilla de capataces y costaleros. De esta forma, se ha podido saber mucho más de este colectivo y sobre los cortejos procesionales de la época y su contratación “en este periodo la contratación de costaleros se realizaba con un capataz, como responsable, buscando la contratación de hombres que se dedicaban a oficios de baja cualificación y en la mayoría de los casos con componentes de carga y descarga tales como albañiles o panaderos, no teniendo que ser siempre los mismos hombres”.

Esta evolución no cambia de forma notoria en el tiempo, en muchos aspectos, hasta finales del siglo XIX o primeros del pasado siglo XX cuando se toma conciencia por parte de algunos capataces de una cuadrilla perfilada y una estructura más o menos establecida, según comenta el propio López Montes.

Comienza en esta época las primeras sagas de capataces sevillanos, que en algunos casos han llegado a nuestros días como es el caso de la familia Ariza o aquel mítico Rafael Franco Luque “aunque el antecedente más antiguo, conocido hasta la fecha como capataz, fue Juan de Lara, según la investigación llevada a cabo recientemente y eso fue a finales del siglo XVI, concretamente en el año 1592, en la hermandad de Montesión”.





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