«Estuvo dando guerra, pero siempre con una sonrisa»,
destacaron sus amigas en el funeral de la niña de 13 años, que reunió a
centenares de familiares, compañeros y vecinos
18.08.2013 Gonzalo
BENGOA
«No es fácil, pero nos despedimos, quedándonos con nuestros
buenos recuerdos con Almudena». Fueron palabras de Andrea Buznego, Celia Tuero,
Denis Buznego y Ruth Figaredo, las cuatro amigas íntimas de la niña de 13 años
Almudena Torres, vecina de Quintes, que perdió la batalla contra la leucemia.
Las cuatro tuvieron la entereza de pronunciar unas palabras al final del
funeral que ofició el vicario Alberto Reigada, en las que destacaron la
vitalidad y las ganas de vivir de su amiga.
«Desde que ella llegó, lo hizo la revolución, y se la va a
echar de menos», comentaron las amigas en su exposición, que sirvió de homenaje
y recuerdo. Las cuatro contaron su experiencia como amigas de Almudena, tanto
en Quintes como en el colegio de La Asunción, de Gijón, donde cursaba segundo
de ESO. Los recuerdos se centraron tanto en la época de alegrías como en la
última etapa en la que apareció la enfermedad. «Estuvo dando guerra, pero
siempre con una sonrisa», destacaron. Las amigas recordaron anécdotas como la
que vivieron en la fiesta de Les Xanines, cuando se cortaron alegremente el
pelo. Dijeron que Almudena «era una niña impulsiva» y destacaron que su amistad
con ella «fue cada vez más fuerte».
Después de las últimas Navidades les llegó la triste noticia
de su ingreso en el hospital y las posteriores pruebas médicas, el diagnóstico,
la lucha y el triste final. «Se notó tu ausencia desde el principio»,
comentaron las pequeñas, quienes destacaron que «en nuestras últimas visitas tú
siempre tuviste la misma energía y seguías siendo la misma».
Tras las palabras de las cuatro amigas de Almudena se
escuchó un emotivo y unánime aplauso que sirvió de apoyo para la familia y los
allegados de la pequeña. Un aplauso que se repitió cuando el féretro salió de
la iglesia de Quintes al finalizar el funeral. El templo se quedó pequeño para
albergar a los centenares de personas que quisieron estar junto a la familia de
la niña en su despedida. Llantos desconsolados de familia, amigos, compañeros
de clase y muchos vecinos del pueblo donde vivió. «Estuvo en clase hasta enero,
cuando se enfermó, y este final está siendo muy duro», comentó Álvaro Gabancho,
compañero de Almudena en el colegio de La Asunción. Junto a él estaba sentado
en la iglesia Mauro Moya, que también mostró «nuestro pesar por esta pérdida
que no esperábamos». Y es que la pequeña Almudena mostró fortaleza para luchar
contra la enfermedad durante los últimos ocho meses. El impacto por la muerte
de Almudena Torres se sintió con fuerza entre los vecinos de Quintes,
compañeros de colegio, profesores, amigos, miembros de la Hermandad de
Estudiantes de Oviedo a la que pertenecía y personas del mundo de la cultura y
del deporte, que apoyaron su batalla.
El vicario destacó que «hoy se hace más patente la
solidaridad con nuestra presencia, llanto y dolor. Todos queremos manifestar y
decir con la fe en la vida que tanto esfuerzo solidario no ha sido en balde»,
dijo Reigada. «Ella confiaba en el Cristo de la Misericordia que esperamos que
nos acoja», añadió.
http://www.lne.es/gijon/2013/08/18/quintes-llora-muerte-almudena/1457098.html
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