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viernes, 1 de agosto de 2014

MISA DE GAITA EN COVADONGA: RAÍCES DE MÚSICA Y FE EN EL CORAZÓN DE ASTURIAS


EL SANTUARIO de Nuestra Señora de Covadonga representa, más que ningún otro lugar del Principado, el alma y las raíces de Asturias. Y la liturgia que hoy se celebra participa igualmente de esos atributos. La Misa de gaita ha llegado hasta nosotros con una tradición de al menos cuatro siglos a sus espaldas, que se fundamenta en los textos latinos y universales de la Iglesia y en las melodías litúrgicas del antiguo canto llano que se cantaba en España hasta fines del siglo XIX. Cantos que, al ser acompañados por la gaita de fuelle, adquieren nuevos giros, ornamentos y matices. Estas transformaciones se producen también como consecuencia de una transmisión básicamente oral a cargo de eclesiásticos y seglares. A quienes escuchan la Misa de gaita les pueden venir a la cabeza, según sus propias experiencias y bagaje, bien la sonoridad de la tonada asturiana o bien el característico discurrir de las seculares melodías de la Iglesia. Ambas realidades son inseparables en la Misa de gaita y las percibimos como orígenes sonoros que conviven y confluyen en una singular hibridación, auténtica joya del patrimonio inmaterial de Asturias y monumento vivo de una gran tradición de misas populares en latín ya desaparecida en otras zonas de España.


Los asistentes a esta eucaristía podrán observar que tanto el “Kyrie” como el “Sanctus” y el “Agnus” están emparentados melódicamente entre sí y que se derivan de la conocida como misa de angelis. Destaca un pasaje modulante de tipo mixolidio —por ejemplo al comienzo del ‘Christe’— más étnico que litúrgico y sutilmente melancólico. Hemos encontrado el prototipo del “Gloria” en una tradición de misas en modo sexto que solían acompañar a la de angelis en impresos y libros de coro de siglos atrás. El “Credo”, por su parte, es el llamado popularmente “corrido”, por ser más ligero que el solemne. Además, mantiene muy bien el carácter medido procedente del “Credo” en canto mixto, denominado también “Credo alto” o “lusitano” y cuyas fuentes datan del siglo XVI.

De las piezas instrumentales que jalonan la Misa de gaita sólo señalar que en el contexto de la Consagración suena la antigua Marcha Real (hoy día Himno nacional), que siempre fue apropiada “para rendir honores al Santísimo Sacramento y a las Reales Personas”, como escribiera Bonafós en 1897. Después de la comunión, siguiendo la  costumbre del Santuario, se tocará el “Himno de Covadonga”. Otras piezas de este tipo —llamadas entemedios— se ejecutan como entrada, ofertorio, comunión y salida.

El acompañamiento de la gaita genera una especial textura —la heterofonía— en la que, básicamente, el instrumento dobla en el agudo la parte cantada, produciéndose ligeros desfases temporales entre la voz y la gaita y un cambiante juego de consonancias y pequeñas disonancias que resulta muy singular.

Esta misa, tan nuestra y tan universal al mismo tiempo, está íntimamente asociada a las fiestas patronales, aunque antiguamente podía celebrarse asiduamente como misa dominical. Ha sobrevivido a muchas dificultades (cambios litúrgicos, incomprensiones varias, secularización de la sociedad, etc.) pero ha sabido resistir y adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar a su esencia.

Aunque todas las misas asturianas de gaita proceden del mismo tronco, se advierten diversas variantes según las distintas zonas donde se conserva. Muy hermosa y completa es la tradición llanisca de Parres y La Pereda. La situación en los concejos del Sur es más delicada, pero se mantiene, recuerda y/o recupera en concejos como Lena, Aller y Quirós. La tradición seguida por el Taller “Lolo Cornellana” —en el que hay cantores populares con mucha experiencia en la Misa de gaita junto a otros procedentes del mundo coral— es esencialmente la centro-occidental. Fue recogida en el concejo de Salas por José Santos en 1952 y hacia 1980 por don Alfredo de la Roza, quien fuera durante muchos años maestro de capilla de la Catedral de Oviedo. El “Credo corrido”, bastante homogéneo en el conjunto de Asturias, ha sido transcrito recientemente por Luis Álvarez Pola (Quirós).

Una última reflexión. El proceso de reconocimiento como Bien de Interés Cultural culminó con éxito por la convergencia de muchos factores. Dos de ellos —y no menores— han sido el apoyo sin fisuras de la propia Iglesia asturiana y el clima de consenso político en el que se tramitó la propuesta desde el Principado. Asturias salió ganando.


MISA DE GAITA EN COVADONGA: RAÍCES DE MÚSICA Y FE EN EL CORAZÓN DE ASTURIAS
Notas al programa de la Misa de Gaita en Covagonda, 29 de junio de 2014.
Autor: Ángel Medina

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