La historiadora, que coordina un ciclo de conferencias sobre el Románico, sostiene que análisis histórico y fe son compatibles
Elena Fdez.-Pello 05.05.2017
La historiadora Raquel Alonso sostiene que "el Arca Santa es una pieza de un carácter extraordinario, en muchos sentidos". Lo es por su tamaño, por el material con el que está hecha, por su iconografía, y también en lo que concierne a la fecha en la que fue fabricada, cómo llegó a Oviedo y la devoción que la envuelve. Alonso subrayó que la investigación histórica de ésta y de cualquier otra reliquia no colisiona con la devoción. "El reconocimiento de nuestros signos de identidad no es incompatible con el análisis histórico serio. Ni el Arca ni las cruces pierden su valor como signo de identidad cultural y de fe", manifestó.
La profesora de la Universidad de Oviedo, miembro del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), opina que el halo de misterio que mantiene la pieza no está de más. "En la Edad Media las colecciones de reliquias se concebían como cámaras de maravillas, llenas de objetos exóticos. Y no creo que sea malo que conserven ese carácter, siempre y cuando vaya acompañado del debido análisis", afirma.
Raquel Alonso es la coordinadora del ciclo de conferencias "El Románico en Asturias: nuevas perspectivas de investigación", del RIDEA, y ayer pronunció la segunda de ellas, sobre el Arca Santa, "en su contexto documental, litúrgico e histórico-artístico".
La historiadora explicó que parte de ese misterio en torno al relicario monumental de la Catedral de Oviedo se debe a las dificultades para contextualizarlo. "En su época el Arca Santa formó parte de un conjunto más amplio de obras, pero solo se conserva ella. Sabemos que se hizo un frontal de altar de plata para la Catedral de Santiago, que incluía la misma iconografía que el Arca, pero sin nada más es difícil analizar el contexto", reconoció.
Raquel Alonso no sabe qué puede revelar la restauración del Arca, ahora en marcha. "Cualquier análisis que se haga aportará datos interesantes", afirma. Ella utiliza las fuentes documentales para ahondar en su conocimiento: "Tenemos que analizar la documentación y las crónicas con espíritu crítico, sopesar con qué intención se redactaron: aplicar el método científico". Los documentos falsos y manipulados no se desechan, según la historiadora, porque "proporcionan datos de la época en la que están escritos, no se descarta ninguna fuente".
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