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lunes, 25 de febrero de 2019

Málaga: El Nazareno del Paso de Mariano Benlliure



En el año 1931 perdieron sus imágenes cristíferas dos de las cofradías más importantes de la ciudad de Málaga: Expiración y Esperanza. El Cristo de la Expiración era una imagen de los talleres Font e Hijo del año 1929; el Nazareno del Paso, una obra anónima del siglo XVII, típico nazareno malagueño con una gran devoción.





Reemplazar estas imágenes no iba a ser una tarea fácil. La archicofradía de la Esperanza decidió en 1934 encargar la hechura de la nueva imagen, pese a ciertas reticencias iniciales, a Mariano Benlliure. El escultor valenciano, residente en Madrid, tenía ya por aquellos años un prestigio reconocido y avalado por multitud de premios; además, en Málaga, por la realización del monumento al Marqués de Larios. A pesar de ello, se asumió un cierto riesgo ya que en la imaginería no se había prodigado; hasta ese momento solo había realizado dos imágenes para la localidad de Zamora.

La Expiración, por su parte, recibió en 1935 la donación de una nueva imagen por la viuda del Marqués de Aldama, obra de anónimo madrileño. En ese mismo año, Benlliure ya había acabado en su estudio de la calle Abascal el trabajo encargado por la Esperanza. Con el inicio de la Guerra Civil, la Expiración perdió nuevamente a su imagen titular; y durante la contienda, en Madrid, el busto y las manos del Nazareno fueron puestos a buen recaudo antes de que el artista abandonara el país.

En 1939, los cofrades de Expiración, con Enrique Navarro a la cabeza, mantuvieron contactos con Juan Cristóbal que había realizado una obra en la clandestinidad, pero su elevado coste impidió el acuerdo. De igual modo hablaron con José Capuz, José Pascual e incluso el propio Mariano Benlliure; sin embargo, aceptaron una obra de Miguel Ferrer Tous por la imperiosa necesidad de procesionar una imagen en la Semana Santa de aquel año. Pasada la misma, finalmente acordaron encargarle la hechura de su Cristo también a Benlliure, quien ajustó el coste de la obra a la capacidad económica de la archicofradía con sede canónica en San Pedro.


Había llegado el momento de que los cofrades de la Esperanza vieran la obra del maestro. Quedaron fascinados, aunque no era como El Moreno, a lo que se había negado el artista desde un principio a pesar de la petición de los dirigentes de la archicofradía. La obsesión de los cofrades porque la imagen se pareciese al antiguo titular llegó hasta el punto de querer colocarle corona y potencias a la cabeza, lo que desestimó Benlliure. Sí realizó un nuevo busto con una corona entrelazada en el pelo para que los hermanos decidiesen; y decidieron, siguiendo la recomendación de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, sin corona.

Terminadas, las dos imágenes llegaron juntas a Málaga el 4 de marzo de 1940, siendo transportadas en un camión de la Comisaría de Abastecimientos de Transportes del Ejército de Tierra. Y al día siguiente llegó Benlliure junto a su esposa, la cual había quedado prendada de la efigie del Nazareno.

Ambas imágenes suponían, por su extraordinaria calidad, un realce artístico de la castigada Semana Santa malagueña; lo cual se veía acrecentado por el hecho de que el propio artista visitara la ciudad.

La visita estuvo repleta de actos y homenajes, inaugurando las exposiciones de las imágenes, captándose por Arenas el 9 de marzo aquella bella fotografía en la que el artista mira al Nazareno. Asistió a la bendición del Stmo. Cristo de la Expiración en la Catedral, acompañándolo en el traslado. A pesar de la apretada agenda, encontró un hueco para visitar a dos jóvenes artistas malagueños, protagonistas de la reconstrucción de la Semana Santa: Adrián Risueño y Francisco Palma Burgos, mostrándole este último su primera obra, el Cristo de los Milagros. Recibieron elogios de un artista consagrado lo que suponía un gran apoyo moral a su importante labor.



El matrimonio regresó a Madrid sin poder asistir a la bendición de la imagen del Nazareno, pero volvió en Semana Santa. Se emocionó al ver al Cristo de la Expiración sobre el antiguo trono obra de Oliver Rosado. El Jueves Santo, llegado el Nazareno a la tribuna donde se encontraba Benlliure junto con otras personalidades, y una vez dada la vuelta al modesto trono, la presidencia fue invitada a bajar a la calzada para presenciar de cerca la bendición del Nazareno; lo que ocurrió tras el toque de atención y en medio de un silencio emocionante, mientras se interpretaba el himno nacional, recibiéndola el pueblo de rodillas. Benlliure recibió la bendición del Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso, su Nazareno, con túnica lisa y portando una sencilla cruz.

@nosoloalameda

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