C. Cervera cuenta que Santiago de Zebedeo, conocido como Santiago el Mayor, además de ser el patrón de numerosos pueblos y ciudades en todo el orbe católico, ante todo es popular por ser el patrón de Galicia y por supuesto de España. Según distintas tradiciones orales, Santiago, uno de los doce apóstoles de Jesucristo, desembarcó en la Bética Romana, siguió caminando por la vía romana que unía la Itálica con Mérida, continuó hacia Coimbra y Braga, llegando a Iria-Flavia, Padrón, en Galicia. También se cuenta que llegó a Zaragoza, dónde se le apareció la Santísima Virgen María.
Tras este largo periplo peninsular, Santiago regresó a la ciudad de Jerusalén y en el año 44 fue decapitado en tiempos del rey Herodes Agripa I. Tras su muerte, sus discípulos recogieron su cadáver y lo embarcaron con dirección a la Hispania Romana, desembarcando la nave en la costa marítima gallega. Pasaron los años, y siendo monarca Felipe IV, el papa Urbano VIII decretó que el Apóstol Santiago fuera considerado solo y único Patrón de la Nación Española, del que diría el gran Francisco de Quevedo: «Dios hizo a Santiago, Patrón de España, que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada».
Con motivo de la Festividad del Apóstol Santiago, un año más, el Prioste y vestidor de la Hermandad y Cofradía de Los Estudiantes, D. Ígor Freijoó, ha vestido a María Santísima de la Esperanza, la Esperanza de Oviedo, con la típica indumentaria de peregrina, tan usual en tantas imágenes de Nuestra Señora que se veneran en todo el Camino de Santiago. Podemos contemplar a la Sagrada Imagen Titular de Los Estudiantes, y estar ante su bendita presencia, en su Capilla de la Iglesia de San Francisco de Asís, de la capital asturiana.
María, virgen peregrina,
Señora de todos los caminos,
guía nuestra vida por el camino del bien,
acompaña nuestros pasos hacia Cristo Jesús.
Entre dolores y esperanzas
queremos ser peregrinos de la fe,
como lo fue el pueblo de la alianza,
como lo fuiste tú, Madre peregrina.
Señora de los caminos,
mira a tus hijos que andan perdidos,
consuela y levanta a los que caen,
anima y fortalece a los que están cansados.
Te pedimos con humilde sencillez:
No permitas que nos cansemos.
Ven con nosotros a caminar,
Santa María, ven.
FOGRAFÍAS: PAULA BARRAGÁN
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