El "Ave María" de Franz Schubert es una de las piezas más emblemáticas y queridas en la música sacra, a pesar de que, originalmente, la obra no fue concebida como una oración católica. Sin embargo, con el tiempo, esta hermosa composición se ha vinculado profundamente con la devoción mariana y es utilizada con frecuencia en ceremonias religiosas y momentos de oración. En este texto, exploraremos la historia de esta obra, su conexión con la tradición católica, y cómo el arte de Schubert ha trascendido su contexto original para inspirar una espiritualidad devocional en la veneración de la Virgen María.
Origen de la Obra
Franz Schubert, compositor austriaco del siglo XIX, escribió su famoso "Ave María" en 1825 como parte de una serie de canciones basadas en el poema "La dama del lago" del escritor británico Walter Scott. La pieza que conocemos como "Ave María" era originalmente una adaptación musical del pasaje del poema en el que la protagonista, Ellen, reza a la Virgen María. El título original de la obra es "Ellens dritter Gesang" ("La tercera canción de Ellen"), y el texto alemán que Schubert utilizó no es una traducción literal del Ave María tradicional, sino un poema que describe el rezo desesperado de Ellen en busca de consuelo y protección.
El comienzo de la canción incluye las palabras "Ave María", y a medida que la obra fue ganando popularidad, se hizo común sustituir el texto original por la oración latina tradicional. Esto marcó el inicio de la transformación de la obra en un himno católico.