Este pasado Viernes Santo ha salido por las calles de Oviedo el Cristo de la Caridad, de la parroquia de San Lázaro del Camino, y con él mucha de la gente de sus barrios. Me gustaría aprovechar estas líneas para dar gracias a todos los que han conseguido que esto se lleve a cabo.
El primer agradecimiento va dirigido a sus dos párrocos, don Antonio y don Diego, promotores de esta idea que se ha transformado en realidad. Su ilusión y empeño en que este año tenía que procesionar el Cristo por la parroquia de San Lázaro han sido encomiables y lo han conseguido. Un abrazo fuerte para don Jaime y don Luis, que acompañaron la procesión.
Un agradecimiento muy especial a las hermanas del Santo Ángel, que acogieron con júbilo a la Virgen Dolorosa e hicieron de su casa la nuestra para el encuentro de Cristo con su Madre, uno de los momentos más emotivos de la tarde/noche del Viernes Santo.
El apoyo de la Cofradía del Silencio y, sobremanera, de la Hermandad de los Estudiantes, gracias por habernos dejado participar en sus procesiones, por lo mucho que nos han enseñado y por los buenos consejos que nos han dado.
A las parroquias de La Manjoya y de San Esteban de las Cruces de Oviedo, de Pola de Siero, de Tapia de Casariego, de La Riera, y al Seminario Metropolitano de Oviedo, gracias, porque nos han dejado aquello que nos ha hecho falta para salir con dignidad a la calle.
Gracias a todos los niños que han participado de manera tan numerosa y ejemplar y que, además, han arrastrado a sus familias; a las quince personas que me acompañaron llevando el Cristo a hombros y que estuvimos ensayando varios domingos; a las mujeres que llevaron velas durante la procesión y que alumbraron el camino cuando empezó a caer la tarde; a los monaguillos que pusieron el aroma en las calles y a los hombres que portaron la cruz de guía y ciriales y que abrieron la procesión, así como a los que portaron faroles para abrir el paso al Cristo y a los que ayudaron de una u otra forma en la procesión, gracias a todos.
Digno de alabanza ha sido el esfuerzo realizado por los chavales de la Banda de Tambores de la OJE, que nos marcaron el paso y el sentir de la procesión. Muchas gracias a todos ellos, y si Dios quiere podremos crecer juntos.
Gracias a los diferentes barrios de la parroquia, en especial al de San Lázaro y al de Otero, por donde ha pasado la procesión, gracias a sus gentes, que se han volcado en acompañar al Cristo de la Caridad por sus calles y al enorme respeto mostrado, en silencio, al paso del mismo.
Agradecimiento al Ayuntamiento de Oviedo, que desde el principio de nuestra idea nos ha apoyado, nos ha animado a continuar y nos ha facilitado los trámites necesarios, y también gracias a los concejales de la Corporación ovetense que nos han acompañado en la procesión. Tampoco me quiero olvidar de la Policía Local por su labor de acompañamiento y por facilitarnos el sacar el Cristo por las calles.
Dar gracias también a todos los que, de una u otra forma, han participado en la misma tanto de manera presencial como con recursos económicos, donaciones, dando su tiempo generosamente…
Y no puedo finalizar sin acordarme de aquellas personas que han organizado, como diría el Papa Francisco, "todo este lío". Gracias a María José, a Dani y a Eva, a Javi y a Espe, a Igor, a Prieto, a Charo y a Dorita… sin ellos, a buen seguro, no hubiera sido lo mismo.
Desde aquí quiero tener un recuerdo muy especial para don Celestino, anterior párroco de San Lázaro y verdadero alma de la parroquia desde su creación.
¿Y ahora qué?, pues ahora a seguir "haciendo lío", a preparar el año que viene con las mismas ganas e ilusión, a promocionar aun más que el Cristo de la Caridad salga de la iglesia de San Lázaro del Camino y acercarlo a sus barrios, y que su gente no se olvide durante el resto del año de la realidad cristiana.
Javier Sergio Vázquez Alvarez,
miembro de la organización del Cristo de la Caridad
San Lázaro, Oviedo
Diario LA NUEVA ESPAÑA:
http://mas.lne.es/cartasdeloslectores/carta/19091/promocionar-cristo-caridad.html
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