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jueves, 24 de mayo de 2012

Colección: Nazarenos de Asturias


El Nazareno con la Cruz a cuestas de Gijón

La Ilustre Hermandad de la Santa Vera Cruz de Gijón, tiene como imagen titular al Nazareno con la Cruz a cuestas del año 1942, obra del imaginero valenciano D. Antonio Tonico Ballester Vilaseca (1910-2001), formado en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos.


El Nazareno con la Cruz a cuestas, 2012
(Fotografía: Ilustre Hermandad de la Sta. Misericordia)


Según el crítico e historiador del arte D. Manuel García.

Tonico Ballester, se dio a conocer en el periodo republicano ganando el concurso internacional del Monumento de los españoles a la comandancia del Uruguay (1929) erigido en Paysandú (Uruguay), con una obra, según Aguilera Cerni, influenciada por Lipchitz y Laurens.

Forma parte del núcleo de escultores valencianos -Badía, Boix, Pérez Contel, etc- que rompieron con el canon académico de Mariano Benlliure, conectaron con las vanguardias europeas.

La obra escultórica de esa generación, se perdió en la bruma de un taller carcelario (la Modelo de Valencia), la imaginería religiosa de encargo o los talleres lejanos en la Ciudad de México, Los Ángeles o París.

El Nazareno con la Cruz a cuestas
(Fotografía: lafotodigit@l)

Hizo falta que Manuel Arenas y Pedro Azara reconstruyeran con la muestra Art contra la guerra el arte republicano español, para que supiéramos lo que había dado de sí la escultura de ese periodo. Al cabo de los años comprendimos que la vanguardia escultórica española de los treinta estuvo en el exilio en Moscú (Alberto Sánchez) y en París (Julio González) o continuaba en la posguerra con artistas tan diversos como Ángel Ferrant, Jorge Oteiza, Leandre Cristófol, etc. El resto se perdió en la lucha por la supervivencia. Por muchos esfuerzos exegéticos que hagan los historiadores del arte valenciano, sabemos, hace tiempo, que las expectativas artísticas valencianas del periodo republicano se quedaron en intentos de renovación y para de contar.

Tonico Ballester que sufrió cárcel en Valencia (1939-40), exilio interior local (1940-46) y emigración en México y los Estados Unidos de Norteamérica -donde hizo figuras de cera para iconos cinematográficos de Hollywood- fue recuperado por el Instituto Valenciano de Arte Moderno -comisariada por Juan-Manuel Bonet y Josep-Ramón Escrivá- que le dedicó una retrospectiva póstuma y cuidado catálogo que sacó a la luz las mejores piezas, dibujos, gráficas de este escultor.

Al retorno a Valencia, en los sesenta, Tonico Ballester trabajó para Lladró -un industrial de la cerámica cursi con éxito-, que no acabó de entender el sentido formalmente renovador que le proponía un artista con talento, formado en el taller de su padre, coetáneo de Renau, que había trabajado con Félix Candela.

Aguilera Cerni, que promovió y argumentó la primera retrospectiva de Tonico Ballester en el Ayuntamiento de Valencia (1986), sabe muy bien que lo mejor que hay de escultura en esta comunidad, desde J. B. Adsuara a Miquel Navarro, pasa por algunas piezas republicanas de este creador.



El Nazareno con la Cruz a cuestas de  D. Antonio Ballester Vilaseca a la derecha, y la Santa Mujer Verónica obra de
D. Manuel  Martín Nieto a la izquierda, ambas imágenes de la Ilustre Hermandad de la Santa Vera Cruz de Gijón
(Fotografía: Diario "El Comercio").

Con la muerte de Tonico Ballester Vilaseca en 2001, la saga artística e intelectual de los Ballester-Gaos-Renau perdió al escultor de la familia y a un gran hombre, aunque en Asturias y más concretamente en Gijón, nos queda la satisfacción de poder contemplar una muestra de su producción sacra: el Nazareno de la Cruz a cuestas.

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