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lunes, 8 de febrero de 2016

Una tradición transmitida de padre a hijo



"Mi padre tenía la idea de ser capataz de la cuadrilla de todos los pasos de Triana"


EL CORREO / 27 MARZO 2010 

Desde 1977, cada Lunes Santo se podían ver dos claveles rojos en el llamador del Cristo de San Gonzalo. Las ponía Modesta, abuela del capataz del Cristo de la Estrella, para recordar a su hijo, fallecido unos meses antes. Manuel Vizcaya heredó de su padre Juan la pasión cofrade pero su prematura muerte le impidió heredar también el puesto de mando de la hermandad del Lunes Santo.



Manuel Vizcaya, capataz




Juan Vizcaya junto a la Luis Ortega Bru, a la derecha


"Mi padre fue el iniciador de los hermanos costaleros en Triana, con los que empezó a ensayar en el año 74 o 75", recuerda Vizcaya. "En el 76 sacó el paso del Cristo del Soberano Poder, pero les pilló la lluvia en la calle y a la altura de San Jacinto se tuvieron que refugiar en la parroquia de la O. Volvieron a San Gonzalo por la mañana y fue muy emocionante, lo acompañó toda Triana". Vizcaya tenía entonces 11 años y ese año no había salido de nazareno porque su padre le había castigado por las malas notas. Así que hizo todo el camino junto al capataz, delante del paso.




Era el momento de la transición de costaleros profesionales a hermanos. "Nadie se imaginaba el boom que iba a haber y él tenía la idea de ser capataz de la cuadrilla de todos los pasos de Triana", dice Vizcaya. Pero en noviembre de ese mismo año, un accidente de coche se llevó a su padre con sólo 35 años: "Yo siempre digo que en la vida todo son accidentes; si no hubiera pasado eso, yo habría seguido sus pasos en San Gonzalo", cuenta Vizcaya. Sin embargo, se unió al grupo joven de la Estrella y ya con 13 años surgió la idea de formar la cuadrilla de hermanos costaleros y salió de contraguía. Dos años después ya era el segundo capataz y sin contar aún 20 años cogió el paso de Cristo como primer capataz: "Muy joven, casi ni me afeitaba", ríe al detallarlo.




Cada domingo de Ramos, antes de acudir a la capilla de la Estrella, visita la tumba de su padre. "Tengo con él una conversación que me llena toda la Semana Santa", asegura. Luego, frente al paso, recupera la forma de mandar de Juan Vizcaya, "tan trianera, con el típico tos por igual". El Lunes saldrá de nazareno en San Gonzalo, donde ha caminado tantos años tras esos claveles rojos, las manos de su padre, como decía Modesta. Además, Vizcaya se estrena el Jueves como capataz del Cristo de la Oración en el Huerto de Montesión.



(Fotografías: ABC)



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