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jueves, 18 de diciembre de 2025

18 de Diciembre de 2025: Festividad de la Expectación del Parto


En el ocaso del Adviento, la Iglesia celebra con tierna devoción la Fiesta de la Expectación del Parto, popularmente conocida como la "Expectación de Nuestra Señora" o "Santa María de la O", el 18 de diciembre. Esta antiquísima conmemoración, de origen español y extendida en el rito hispano-mozárabe y luego en el universal, nos invita a contemplar los últimos días de la Santísima Virgen María antes del Nacimiento de Nuestro Señor. 


Con mirada espiritual, nos unimos a Ella en ese tiempo de silencio, de oración y de íntima espera, en el que el Verbo de Dios, encarnado en su vientre purísimo, está a punto de manifestarse al mundo para traer la salvación. Es un momento cargado de gozo sosegado y de profunda confianza, donde María se convierte en el modelo perfecto de la humanidad que anhela la venida de su Redentor.


Esta fiesta ilumina de modo particular el misterio de la maternidad divina de María, Dogma central de nuestra fe. No espera a una criatura cualquiera, sino al mismo Dios hecho hombre, al Emmanuel, "Dios-con-nosotros". Su expectación es, por tanto, la culminación de la esperanza de siglos de los profetas y de todo el pueblo fiel. En su "sí" pleno y en su paciente espera, María coopera de manera única con el plan salvífico del Padre. Cada latido de su Corazón Inmaculado era un canto de alabanza y una ofrenda de amor por la obra que el Espíritu Santo había obrado en ella. Contemplamos así a la Virgen como el Arca de la Nueva Alianza que lleva en sí el tesoro infinito, presta a abrirse para dar al mundo su Salvador.


Como fieles católicos, esta celebración nos llama a imitar las disposiciones del corazón de María en nuestro propio Adviento. Nos enseña que la verdadera espera cristiana no es pasiva, sino activa: es una espera llena de fe, adornada por la oración constante y la caridad diligente. Al venerar a Santa María de la O, suplicamos que nos alcance la gracia de preparar en nuestras almas una digna morada para Cristo, no solo en la conmemoración de su Natividad, sino también en su venida diaria en la Eucaristía y en la gloria de su retorno al final de los tiempos. Que, acompañando a nuestra Madre en estos días de dulce expectación, renovemos nuestro amor por su Hijo y llevemos al mundo, con nuestro testimonio, la alegría y la paz del que está por llegar: Jesucristo, nuestro Señor y Redentor.


ESPERANZA DE OVIEDO,

ORA PRO NOBIS.

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