La procesión del Lunes Santo de Los Estudiantes sale a pesar del mal tiempo.
En la avenida de Torrelavega, a la altura de la iglesia de La Tenderina,
se juntaron los costaleros al resto de hermanos de Los Estudiantes. / FOTOS: MARIO ROJAS
ROSALÍA AGUDÍN OVIEDO.
Martes, 16 abril 2019
Martes, 16 abril 2019
Nuestro Padre Jesús de la Sentencia llevaba a sus pies una rama del olivo de la Catedral y una estampa del Nazareno, por los 25 años de esta cofradía.
«Este agua que está cayendo es para apagar el incendio de Notre Dame». De esta forma, Iván González Zapico, capataz de la Hermandad de los Estudiantes, animó a la treintena de costaleros, que ayer procesionaron con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia por las calles de La Tenderina y el Oviedo Antiguo, a seguir adelante. La lluvia registrada a última hora de la tarde puso en peligro la procesión, pero finalmente todo salió y al cierre de esta edición la comitiva seguía el camino marcado hasta el Edificio Histórico de la Universidad, donde quedará depositada la imagen de Jesús de la Sentencia, a la espera de volver a salir en la Madrugá.
La salida estaba programada para las ocho de la tarde, pero no fue hasta cuarenta minutos después cuando partió de la plaza de la Sentencia. Para alejar a las negras nubes, los miembros de la banda de OJE Colloto tocaron con fuerza los tambores y consiguieron su objetivo: los claros se abrieron.
La imagen este año presentaba tres novedades. A las pies del Señor iba una rama del olivo que hay al lado de la Catedral, y que el deán Benito Gallego les dio hace diez días, en recuerdo al monte de los olivos y también una «estampa» de la Hermandad del Nazareno, que este año cumple sus bodas de plata tras su refundación y mañana hará una procesión extraordinaria. Además «durante todo el recorrido hemos recogido claveles de color rojo que la gente nos ha cedido y usaremos en la Madrugá», explicó la prioste, Carmen Imaicela.
Ella fue la encargada de la puesta a punto del paso y cuando la comitiva giró hacia la calle Matilde García del Real fue una de las encargadas de poner los plásticos a los símbolos para evitar que se mojasen. No obstante, la parte más delicada son las plumas de la imagen del Prendimiento. Son de color blanco y las recomendaciones es que no se mojen pero nada hizo decaer los ánimos de Los Estudiantes.
Uno de los momentos más emotivos se produjo en la calle Azcárraga. Tras coger aliento los costaleros subieron a toda prisa la calle. Lo hicieron sin interrupciones, a pesar de la empinada cuesta, y recibieron el aliento del público que se congregó en los laterales de la vía. Una vez arriba, recibieron un cálido aplauso y se dirigieron hace la calle San Vicente. Allí, las luces de la vía pública estaban apagadas lo que hizo que más de uno se emocionase.
En la comitiva también estuvieron presentes cinco guardias civiles, un miembro de la Unidad Militar de Emergencias (UME), un legionario, el edil popular José Ramón Pando y cinco manolas.
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