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martes, 16 de abril de 2019

Prensa: De la patera a la Santa Galera

Kouassi Emile Konan, costalero en Oviedo, llegó a la ciudad desde Costa de Marfil tras cruzar el Mediterráneo en una pequeña embarcación.



Á. Fidalgo 16.04.2019

Desde un pequeño poblado de Costa de Marfil el joven Kouassi Emile Konan, de 23 años, pasó la infancia mientras soñaba con el paraíso español. Nunca había oído hablar de Oviedo, ni lógicamente intuía que el destino le llevaría a ser costalero de la Hermandad de los Estudiantes.



Kouassi Emile Konan siempre confió en su buena estrella, la que al final le hizo por fin llegar a buen puerto. Pero antes sufrió muchas penalidades. "Llegar desde Costa de Marfil hasta Marruecos no fue fácil, y menos para un refugiado político como yo; pero tras muchas penalidades y fe en Dios lo conseguí". La primera etapa de su largo y difícil peregrinar la había conseguido superar.


Pero en Tánger tuvo que hacer frente a un gran salto en el que nada menos se jugaba la vida a cara y cruz, y él lo sabía. "Quería llegar a España como fuera, porque no tenía nada que perder y mucho que ganar. Por eso me embarqué en una pequeña patera con once compañeros a jugarme la vida".

La navegación con rumbo hacia Andalucía transcurrió con mal tiempo y peor mar. En mitad de la navegación, en una noche lluviosa, cuando ya todo lo daba por perdido, con miedo y aterido de frío, a las cinco de la mañana apareció un ángel salvador, un barco de Salvamento Marítimo.

"Entonces vi que ya no estaba todo perdido como suponía, igual que mis compañeros. Estábamos al límite de nuestras fuerzas y habíamos entregado nuestro destino a Dios, que hasta ahora nunca me falló", recordó con una amplia sonrisa Kouassi Emile.

Tras un breve paso por Algeciras lo enviaron a Madrid, donde el Ministerio del Interior le concedió el estatus de refugiado político y lo envió a Oviedo, su último puerto de destino.

"Y estoy muy feliz, porque Oviedo es una ciudad de acogida y en la Hermandad de los Estudiantes encontré mi segunda familia. En esta cofradía estoy por la gloria de Dios y soy muy feliz; me hacen sentirme un hermano más y además me siento muy querido y respetado".

El joven de la patera llegado hace apenas diez meses desde Costa de Marfil dio el paso de ser costalero por una cuestión de fe. "Yo lo hago para agradecer a Dios lo mucho que hizo por mí, por eso estoy tan feliz". Eso sí, cuando encuentre un trabajo habrá llegado al paraíso. Es un socorrista con experiencia que de una patera llego a la Santa Galera, como también llaman los costaleros al paso procesional.



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