La nueva Cofradía de Los Estudiantes ensaya el paso a costal del Cristo de la Misericordia, que cargará durante seis horas el Domingo de Ramos
03.03.08 - ANA SEGURA
Sin devoción no pinta nada», y aún con ella resulta tremendamente cansado. Los costaleros de la nueva cofradía ovetense, bautizada con el nombre de Los Estudiantes, cargaron ayer por las calles de Oviedo y a costal -es decir, sobre la nuca- una pesada plataforma. La imagen quedó encerrada en la parroquia. A pesar del son de las trompetas y los tambores no se trataba de un acto oficial, sino de un ensayo que antecede al Domingo de Ramos. La devota congregación paseará, entonces, al Santísimo Cristo de la Misericordia. El trayecto durará seis horas.
«¿Venga, valientes! Dos por igual. ¿Al cielo con ella!» 40 costaleros se ponen en marcha al ritmo del grito. Sus pasos siguen el compás de la música y sus cabezas, que no sus rostros, van tapados por una suerte de tela de saco que les llega hasta la parte posterior del cuello. Aleja, así, el peligro de lesiones. El apaño, de incalculable valor para las cervicales, será oculto por los capirotes el día de la procesión oficial.
Para entonces, habrá varias sorpresas. La comitiva entregará una flor a cada una de las monjas que salga a recibirlos a su paso por los tres conventos. «Lo más bonito serán los encuentros», vaticina el hermano mayor de la congregación, Juan Eladio Llaneza. A la altura de la iglesia de La Corte los aplicados cargadores, cuyas edades oscilan entre los 20 y los 40 años, pararán para toparse con la Virgen de la Amargura y dedicarle una saeta.
La Cofradía de Los Estudiantes es la única del Norte de España que carga la imagen a costal. «Es todo cuestión de técnica», confiesa el 'consigliere primero', Carlos Gustavo Pérez. Aún así, los cuellos lo notan. «Duele un poco, la verdad. Pero es soportable. Y merece la pena», reconoce César Colunga. Mientras habla, el pequeño Ángel Rivaya le mira con ojos grandes. Ojalá tuviera altura y «músculos» para cargar al Cristo de la Misericordia, dice. Promete que cuando sea mayor lo hará.
¿Por qué? «Es bueno para Jesús. Me gusta ver a los costaleros y escuchar como dicen, 'Viva España'», resume. La edad de Los Estudiantes oscila entre los dos días de la integrante más pequeña a los 94 años de la más veterana. Aún así, el grueso lo componen chavales jóvenes. De ahí, el nombre. La idea de crear una nueva cofradía se gestó una tarde de Semana Santa, hace ya cerca de diez años. Como quien queda para ver un partido de fútbol, estos amigos se juntaban en torno a un televisor y contemplaban la Semana Santa ovetense.
Crearse como organización conllevó multitud de trámites y papeleos. De hecho, la autorización llegó el año pasado. Fue demasiado tarde y los sufridos devotos salieron con paso pero sin título de cofradía. Entonces pasearon por el barrio de La Tenderina y los alrededores. El periplo se alargará esta vez. La cofradía partirá nuevamente desde la parroquia de San Francisco Javier, en la avenida de Torrelavega para alcanzar Jovellanos, La Corrada del Obispo o la plaza de Feijoo antes de volver a su punto de origen.
La ruta, ya de por si larga, se eterniza con una tonelada a cuestas. Los cofrades irán haciendo relevos. Llevar en la nuca un lastre de tal tamaño durante la cuarta parte de un día parece casi imposible. Los antecedentes, sin embargo, demuestran que no es así. En Sevilla hay un paso que soporta el peso de su devoción durante más de doce horas. La capital andaluza carece, sin embargo, de las empinadas cuesta de la capital asturiana. «Es todo cuestión de ensayo», concluye el 'primer consigliere'.
Diario "EL COMERCIO":
http://www.elcomercio.es/gijon/20080303/oviedo/devocion-cuestas-20080303.html
«¿Venga, valientes! Dos por igual. ¿Al cielo con ella!» 40 costaleros se ponen en marcha al ritmo del grito. Sus pasos siguen el compás de la música y sus cabezas, que no sus rostros, van tapados por una suerte de tela de saco que les llega hasta la parte posterior del cuello. Aleja, así, el peligro de lesiones. El apaño, de incalculable valor para las cervicales, será oculto por los capirotes el día de la procesión oficial.
Para entonces, habrá varias sorpresas. La comitiva entregará una flor a cada una de las monjas que salga a recibirlos a su paso por los tres conventos. «Lo más bonito serán los encuentros», vaticina el hermano mayor de la congregación, Juan Eladio Llaneza. A la altura de la iglesia de La Corte los aplicados cargadores, cuyas edades oscilan entre los 20 y los 40 años, pararán para toparse con la Virgen de la Amargura y dedicarle una saeta.
La Cofradía de Los Estudiantes es la única del Norte de España que carga la imagen a costal. «Es todo cuestión de técnica», confiesa el 'consigliere primero', Carlos Gustavo Pérez. Aún así, los cuellos lo notan. «Duele un poco, la verdad. Pero es soportable. Y merece la pena», reconoce César Colunga. Mientras habla, el pequeño Ángel Rivaya le mira con ojos grandes. Ojalá tuviera altura y «músculos» para cargar al Cristo de la Misericordia, dice. Promete que cuando sea mayor lo hará.
¿Por qué? «Es bueno para Jesús. Me gusta ver a los costaleros y escuchar como dicen, 'Viva España'», resume. La edad de Los Estudiantes oscila entre los dos días de la integrante más pequeña a los 94 años de la más veterana. Aún así, el grueso lo componen chavales jóvenes. De ahí, el nombre. La idea de crear una nueva cofradía se gestó una tarde de Semana Santa, hace ya cerca de diez años. Como quien queda para ver un partido de fútbol, estos amigos se juntaban en torno a un televisor y contemplaban la Semana Santa ovetense.
Crearse como organización conllevó multitud de trámites y papeleos. De hecho, la autorización llegó el año pasado. Fue demasiado tarde y los sufridos devotos salieron con paso pero sin título de cofradía. Entonces pasearon por el barrio de La Tenderina y los alrededores. El periplo se alargará esta vez. La cofradía partirá nuevamente desde la parroquia de San Francisco Javier, en la avenida de Torrelavega para alcanzar Jovellanos, La Corrada del Obispo o la plaza de Feijoo antes de volver a su punto de origen.
La ruta, ya de por si larga, se eterniza con una tonelada a cuestas. Los cofrades irán haciendo relevos. Llevar en la nuca un lastre de tal tamaño durante la cuarta parte de un día parece casi imposible. Los antecedentes, sin embargo, demuestran que no es así. En Sevilla hay un paso que soporta el peso de su devoción durante más de doce horas. La capital andaluza carece, sin embargo, de las empinadas cuesta de la capital asturiana. «Es todo cuestión de ensayo», concluye el 'primer consigliere'.
Diario "EL COMERCIO":
http://www.elcomercio.es/gijon/20080303/oviedo/devocion-cuestas-20080303.html
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