Los colores de Asturias este día
4 de septiembre eran aún más impresionantes, el verde de sus montañas destellaba
en nuestras pupilas, el azul de su cielo nos dejaba obnubilados, el día en si
era esplendido, y el calor también, pues en los picos de Europa, donde se
enclava el Santuario de Nuestra Señora de Covadonga, no se podía aprecia ni una
leve brisa que diese tregua a ese sol radiante que nos iluminaba sin cesar y
que remarcaba este magnífico encuadre donde tu María, Madre de Dios estas. Con este
día veraniego como poco, nos acercábamos hasta tu refugio para rezarte, para
acompañarte en tu caminar desde la Basílica hasta tu Santa Cueva, siendo hoy privilegiados
por ser otro año más tus pies en este caminar.
Parroquias de muchos lugares de
la diócesis de Oviedo, peregrinos venidos de muchas partes, turistas, y una
Hermandad, la de Los Estudiantes, se cercaban hasta la Basílica para poder
orarte Santina. Todos con gran devoción esperaban ver salir en sus andas a esta
Madre asturiana que va siempre en nuestro corazón.
A las seis comenzaría la Santa Misa
en la Basílica donde tendríamos el placer de escuchar al arcipreste de Pravia,
D. José Pérez Barcia predicar una magnifica homilía sobre “La fe, creadora de
cultura”, apoyándose en el evangelio que habíamos escuchado sobre las bodas de
Caná. Para una vez finalizada esta comenzar la procesión hasta la Santa Cueva
con la Santina, que lucía este día de blanco.
El cortejo lo abrían la cruz parroquial
y los ciriales, después el estandarte de la Hermandad de Los Estudiantes y su
representación, a continuación vendría la Escolanía de Covadonga, coro de voces
blancas que tiene como objetivo principal, venerar a nuestra patrona, nuestra
Señora de Covadonga, y después Ella, portada por miembros de la Hermandad,
seguidos por el clero y el pueblo fiel.
El primer honor corrió a cargo de
los hombres quienes sacaron a la Santina de la Basílica, pero este año serían
las mujeres de la Hermandad las que tuvieran mayor protagonismo pues fueron las
que llevaron a la Madre de Dios sobre sus hombros la mayor parte del recorrido,
por lo que al entrar en la cueva las emociones de muchas de ellas brotaron de
sus mejillas, pues estaban bien orgullosas de haber sido por unos instantes los
pies de la Virgen de Covadonga, patrona de Asturias, en la cuna de España.
¡Viva la Santina!
¡Viva la Reina de nuestras montañas!
¡Viva la Virgen de Covadonga!
Fotografías: José Luis Montamarta
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