Mayo, el quinto mes del año, despierta en muchos una sensación especial. No solo marca el inicio de la primavera en el hemisferio norte, sino que también está impregnado de una profunda devoción mariana en la tradición católica. Es el mes de las flores, el mes en el que la naturaleza florece con esplendor y la Iglesia dedica un tiempo especial para honrar a la Madre de Dios: Santa María.