En el día de hoy, una delegación de la Hermandad de Los Estudiantes ha realizado una devota visita al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Francia. La expedición fue encabezada por D. Benigno Maujo, Hermano Mayor de la corporación de La Tenderina, además de contar con la presencia de D. Iván Rodríguez y D. Elías Rodríguez, también miembros de la Junta de Gobierno.
Desde este sacro lugar en el que se apareció Nuestra Señora a San Bernadette, y más concretamente de la fuente santa, la representación de Los Estudiantes trae hasta Oviedo varias garrafas de agua y botes con la imagen de Santa María, que se repartirán en la Casa de Hermandad a los Hermanos, familiares y amigos que lo deseen, así como una imagen de Nuestra Señora de Lourdes, de tamaño académico, que quedará expuesta al culto, en la Casa de Hermandad de Los Estudiantes en Pino Montano.
La aparición de la Virgen de Lourdes es uno de los eventos más significativos y conmovedores en la historia de la fe católica. Este suceso tuvo lugar en el año 1858 en la pequeña localidad de Lourdes, situada en el suroeste de Francia. La protagonista de esta historia celestial es Bernadette Soubirous, una humilde joven de 14 años cuya vida cambió para siempre al convertirse en testigo de una serie de apariciones marianas.
El 11 de febrero de 1858, Bernadette, acompañada de su hermana y una amiga, fue a recoger leña cerca de la gruta de Massabielle. Mientras las otras niñas cruzaban el río Gave, Bernadette, debido a su frágil salud, se quedó atrás. En ese momento, experimentó una visión: una dama joven y hermosa, vestida de blanco, con una faja azul y un rosario en sus manos, apareció ante ella. Esta figura celestial, a la que Bernadette se referiría como "la Señora", le pidió que regresara a la gruta durante quince días consecutivos.
Durante estas apariciones, la Virgen transmitió varios mensajes a Bernadette. Uno de los más destacados fue la solicitud de oración y penitencia por los pecadores. En una de las apariciones, la Virgen le pidió a Bernadette que excavara en el suelo con sus manos, lo que llevó al descubrimiento de un manantial de agua. Este manantial, que surgió de una fuente aparentemente inexistente, se ha convertido en un lugar de peregrinación donde numerosos fieles han afirmado haber recibido curaciones milagrosas.
El mensaje más revelador se produjo el 25 de marzo de 1858, cuando la Virgen le reveló su identidad a Bernadette diciendo: "Yo soy la Inmaculada Concepción". Esta declaración confirmó el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado por el Papa Pío IX cuatro años antes, en 1854. La joven Bernadette, sin conocimientos teológicos profundos, no comprendía plenamente el significado de estas palabras, lo que le otorgó mayor credibilidad a su testimonio.
El sitio de las apariciones, la gruta de Massabielle, se convirtió rápidamente en un lugar de veneración. La Iglesia, tras una investigación rigurosa y exhaustiva, reconoció oficialmente la autenticidad de las apariciones en 1862. A partir de entonces, Lourdes se ha desarrollado como uno de los santuarios marianos más importantes del mundo.
El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes no es solo un lugar de peregrinación, sino también un centro de oración y sanación. Anualmente, millones de peregrinos de todas partes del mundo visitan el santuario, buscando consuelo espiritual y, en muchos casos, curaciones físicas. La Basílica de la Inmaculada Concepción y la Basílica del Rosario son dos de las estructuras principales del santuario, junto con la gruta y las piscinas donde los peregrinos pueden sumergirse en el agua del manantial.
La espiritualidad de Lourdes se centra en el mensaje de conversión, oración y servicio a los enfermos. Las procesiones, especialmente la procesión eucarística y la procesión con antorchas, son eventos diarios que reúnen a los fieles en un espíritu de comunidad y devoción. La procesión con antorchas, en particular, es un espectáculo impresionante, donde miles de peregrinos cantan y rezan al unísono, llevando velas encendidas como símbolo de fe y esperanza.
La aparición de la Virgen de Lourdes sigue siendo una fuente de inspiración y fe para millones de personas. El mensaje de Lourdes, centrado en la humildad, la penitencia y la confianza en la intercesión de la Virgen María, continúa resonando profundamente en los corazones de los fieles, recordándonos la presencia amorosa y maternal de María en nuestras vidas.
BAJO LA PROTECCIÓN DE MARÍA,
¡DIOS LO QUIERE!
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