Rincón Poético: Mayo Florido para la Madre de Dios - II

En el mayo radiante y floreciente,

bajo el cielo azul y la brisa suave,

nos postramos ante ti, Madre clemente,

con el corazón lleno de amor y alabanzas.

Oh María, estrella de luminosa aurora,

cuyo manto cubre tiernamente la tierra,

en este mes de flores, tu amor implora,

guiándonos hacia la luz que en tus manos espera.

En tu regazo, nuestros anhelos y pesares,

se tornan en suspiros de fe y esperanza,

como rosas que en tu jardín florecen al cantar

del ruiseñor, en dulce y celestial danza.

Virgen María, llena de gracia y amor,

nuestra roca firme en la tormenta y el dolor,

escucha nuestras voces, nuestras súplicas al viento,

y lleva nuestras plegarias ante el trono del Señor.

En este mes de mayo, te ofrecemos nuestro ser,

como flores que se abren al amanecer,

y en cada pétalo, una oración sincera,

que elevamos hacia el cielo con fervor y reverencia.

Que tu luz nos guíe, oh Madre celestial,

por senderos de paz y amor fraternal,

y en cada paso, en cada paso que demos,

seamos testigos del amor que en ti hallamos.