27-09-2013
No creo que exista otra búsqueda que genere más impactos para Oviedo en lengua inglesa, que es la lengua franca de internet. Qué duda cabe que el documental sobre el Santo Sudario realizado por la prestigiosa editora National Geographic, en su serie «Expedientes misterio de la antigüedad», del que LA NUEVA ESPAÑA daba noticia el 21 de septiembre de 2011, ha contribuido enormemente a relanzar el interés global por la reliquia ovetense. Además, debemos recordar ahora que la conclusión a que llegaba un equipo multidisciplinar de profesores hebreos, americanos y europeos era la de considerar auténtico el sudario ovetense. Como consecuencia de lo anterior, otras cadenas de divulgación como Discovery Channel o generales como la BBC han dedicado programas al Santo Sudario de Oviedo con idénticas conclusiones.
Bendición del Santo Sudario (Fotografía: Irma Collín) |
El Santo Sudario es, podría decirse con perdón, «trending topic» permanente en la red. La Sábana Santa de Turín es el objeto más estudiado por la ciencia y de los que más interés despiertan a lo largo del planeta. Para explicarse, ambas reliquias son necesarias entre sí -se complementan podría decirse- por la distinta relación que tuvieron con Nuestro Señor. Mientras que el paño de Oviedo se le colocó a Cristo en la cruz, a modo de antifaz, los lienzos de Turín se utilizaron para amortajar el cadáver en la sepultura. En el Evangelio de Juan (Jn 20:7) se da testimonio de la presencia de ambos objetos en el Santo Sepulcro tras la resurrección del Señor.
Pues bien, de la comparación forense entre las dos telas se llega, resumiendo, a la conclusión de que ambos paños estuvieron en contacto con una misma persona, un varón adulto; en un mismo lugar, Jerusalén; en un mismo momento, siglo I d. de C., y que a dicha persona se le colocó un objeto con apéndices punzantes en la cabeza (corona de espinas), fue flagelada con extrema crueldad para ser crucificada hasta morir después y que una vez muerta -pero aún en la cruz- se le clavó una lanza en su costado derecho. Una de las revelaciones más interesantes es que los datos que proporcionan los estudios y análisis del Santo Sudario y de la Sábana Santa son totalmente coincidentes, en ningún aspecto contradictorios, y ofrecen un relato en plena concordancia, incluso aportando minuciosos pormenores, con las narraciones evangélicas. Y no puede negarse: la muerte y resurrección de Jesús es, seguramente, la cuestión que más ha interesado y preocupado a la Humanidad en toda su historia.
En el Arca Santa, que se abrió por primera vez en 1075, estaban también otras reliquias muy interesantes. Una lectura correcta del acta levantada con solemnidad en aquel momento parece indicar que con el Santo Sudario vino también un trozo de la túnica sin costuras que se sortearon los soldados romanos tras la crucifixión (Jn 19:23-24). Otro trozo de esta túnica se conserva, según nos dice la tradición, en Trier (Alemania). Al igual que ocurre con la Sabana y el Sudario, el análisis científico podrá suministrar importantes conclusiones. Consta también, entre otras muchas, una sandalia atribuida a San Pedro, que efectivamente es una sandalia romana del siglo primero de nuestra era. En este caso es importante recordar que Juan Pablo II en su visita de 1989 a la catedral de Oviedo solicitó poder rezar ante la sandalia de quien fuera su primer predecesor. No voy a extenderme en el resto de tesoros que se narran en el Acta: espinas de la corona, eslabones de la cadena de Pedro (Hechos 12:7)... Recuérdese que son, nada más y nada menos, que los objetos sagrados que guardaban los cristianos de Jerusalén y que terminan en Asturias huyendo primero de los persas a través del norte de África y después de la invasión musulmana, ya en la península Ibérica
Claro que las reliquias han de permanecer en la Cámara Santa -son objetos para la oración y la veneración-, pero una exposición permanente explicando todo lo que estas reliquias pueden contarnos desde un enfoque científico multidisciplinar, además de ayudar en la devoción, podría convertirse en un atractivo turístico de importancia mundial. A ellas debe la fama que Oviedo tuvo en la Edad Media. Esa calle Gascona, donde se ubica el muy de interés turístico «Bulevar de la Sidra», trae su nombre, precisamente, del prestigio que el relicario ovetense tuvo en la Francia medieval. Hoy en día es indiscutible que cualquier ciudad del mundo que tuviera el Santo Sudario haría del mismo la punta de lanza de su proyección internacional. Baste ver el éxito de la exposición sobre la Sábana Santa este verano y que la misma ha sido contratada para varias ciudades de Estados Unidos.
Hay que decir, también, que sin las reliquias de Oviedo es imposible explicar la historia de Asturias, lo que otorga interés «asturiano» al museo de Oviedo. Me encontraba el otro día en un agradable establecimiento del puerto de Llanes -que comparte nombre con la más famosa de las calles ovetenses- y pensando en estas cosas me detuve en un mural cerámico, que allí tienen, con el mapa de Asturias y los escudos de todos los concejos. Casi una tercera parte de los mismos (unos veinticuatro, creo recordar) testimonian, con la presencia de la Cruz de los Ángeles, la importancia que las reliquias de Oviedo han tenido en su historia municipal. Y es que la identidad asturiana -en palabras del profesor Ruiz de la Peña que ningún medievalista contradeciría- va a forjarse en la Edad Media en torno a las reliquias y cruces de San Salvador de Oviedo.
Es decir, una parte de ese museo de las reliquias podría abordar la historia de las reliquias en relación con la historia medieval de Asturias. Y en la Catedral hay documentación importante -¡qué hermosos códices, mundialmente apreciados!- desde el pleito de los Infanzones de Langreo el 27 de marzo de 1075, con el Cid como testigo, hasta la documentación del partido de Obispalía en la Junta General, pasando por episodios como los «esconxuraos» de Llanera. Y para los que gustan de los misterios, también hay materiales. Con una defendible conexión con las reliquias tienen interés asturiano tanto la donación real del Monsacro a los templarios en 1158 (documentos de San Vicente) como la presumible representación del Santo Sudario en la portada de Santa María del concejo de Llanes, en una dovela muy próxima a la que nos muestra a un caballero templario.
Como se ve, el Museo de las Reliquias de Oviedo podría responder a esa curiosidad mundial que despierta el Santo Sudario aportando una visión muy atractiva del estado de las investigaciones científicas sobre nuestra pieza y la Sábana Santa. Mostrando información también del resto de las reliquias. Y todo ello explicando, a su vez, el contexto histórico de un pueblo cuya identidad se ha forjado y manifestado en torno a esas reliquias y esas cruces de la Cámara Santa.
Diario "LA NUEVA ESPAÑA":
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