La Festividad de San Juan Bautista tiene gran arraigo y popularidad en muchas localidades de España, sobre todo por las conocidas "hogueras de San Juan". La Iglesia católica celebra su fiesta principal el 24 de junio, seis meses antes de Navidad, ya que el Evangelio cuenta que su madre Santa Isabel estaba de seis meses cuando el ángel anunció a la prima de ésta, Santa María, que sería madre del Mesías, mientras que el 29 de agosto se conmemora su decapitación, por orden de Herodes Antipas. San Juan Bautista fue el precursor de Cristo, proveniendo el sobrenombre de "El Bautista" de su ministerio.
El tema de San Juan Bautista ha sido representado en gran cantidad de formas dentro del campo de la imaginería, pero nos vamos a centrar en esta ocasión en una de las varias imágenes que hizo Juan Martínez Montañés sobre este santo. Esta obra actualmente se encuentra en una de las salas del Metropolitan Museum de Nueva York, aunque originalmente se encontraba en el Convento de Nuestra Señora de la Concepción de Sevilla. En ella podemos comprobar que es una muestra más del realismo que imprimía a todas sus obras este genial escultor andaluz, uno de los artistas más influyentes en la imaginería religiosa española. San Juan Bautista aparece señalando a aquel que viene tras él, al Hijo de Dios hecho hombre. Algunos estudiosos consideran que es una de las más bellas obras de Martínez Montañés, destacando su austera expresión y su solida corporeidad.
En cuanto a Juan Martínez Montañés, a continuación daremos unas pinceladas acerca de su vida y obra. Fue conocido por el sobrenombre de "el dios de la madera" y creó escuela imaginera en la ciudad de Sevilla, pero sus influencias se extendieron mucho más allá de la ciudad, impregnando la forma de trabajar de numerosos escultores andaluces y del resto de España. Nació en el 1568 en Alcalá la Real (Jaén), hijo de Juan Martínez, bordador de oficio y conocido como "Montañés", por ser procedente de Zaragoza. Su madre, la alcalaína Marta González, era descendiente de los conquistadores y primeros pobladores de esta localidad jiennense.
En 1579 se trasladó a Granada para iniciar su formación escultórica con Pablo de Rojas. En 1582 viajó hasta Sevilla para comenzar a trabajar probablemente en el taller del escultor Gaspar Núñez. En 1588 se examinó en el tribunal ante alcaldes veedores gremiales para acreditar su sapiencia en la cultura y en el diseño de retablos. Falleció en Sevilla en el año 1649, víctima de una epidemia de peste, consagrado como uno de las más grandes escultores de España. Su cuerpo fue enterrado en la Parroquia de la Magdalena.
Entre la gran cantidad de obras de Martínez Montañés podemos citar al Santísimo Cristo de la Clamencia o de los Cálices, que se encuentra en la Catedral de Sevilla, Nuestro Padre Jesús de la Pasión de El Salvador, la Inmaculada Concepción del Convento de Santa Clara, San Francisco de Borja de la Iglesia de la Anunciación, San Jerónimo, hoy en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, y un largo etcétera, además de una gran cantidad de bellísimo retablos.
Bibliografía:
El hombre que habló con Dios, Juan Martínez Montañés
Vicente Rus Herrera
J. R. Castillejo, Sevilla (1990)
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