Miles de fieles mostraron su fervor por el Nazareno y olvidaron la procesión de 2011, en la que la lluvia obligó a tapar la imagen.
La multitudinaria procesión, tras la imagen del Cristo, ayer por las calles de Noreña.
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17/09/2012 Manuel NOVAL MORO
La gran procesión del domingo del Ecce Homo de Noreña cumplió con todas las expectativas. Tras la insólita edición del año pasado, en la que el Nazareno hubo de ir tapado con un plástico a lo largo de todo el recorrido, el buen tiempo reinó como casi siempre (el año pasado era prácticamente la única vez en dos décadas que llovía) y permitió que la muestra de devoción fuera más lucida.
La megafonía situada a lo largo del recorrido entre la iglesia de Santa María y la ermita de La Soledad , conocido como «la milla santa», permitió que los rezos se escucharan en toda la localidad. La misa, oficiada por el vicario general Jorge Juan Fernández y en la que participaron además numerosos párrocos del entorno de Noreña, comenzó a las once y media de la mañana, presidida por la imagen del Nazareno, y cantada por el Orfeón Condal, que interpretó canciones como «Panis Angelicus», de Cesar Frank, o el «Cántico de Jean Racine», de Gabriel Faure.
Terminada la misa, los costaleros trasladaron la imagen del Nazareno al exterior del templo y lo subieron en las andas para dar comienzo a la procesión. Los protagonistas de la celebración fueron los miembros de la Cofradía Jesús Nazareno Ecce Homo, que acudieron amortajados, muchos de ellos portando velas encendidas, y también imágenes del Cristo o de otras figuras sagradas. Asimismo, algunas mujeres caminaron descalzas.
«Esta es una procesión que la gente lleva muy dentro; todos nos emocionamos mucho este día», aseguraba Raquel Castro, que acude a la fiesta del Ecce Homo desde hace más diez años. «El primer año vine por una promesa y, desde entonces, no falto nunca», dijo.
Diario: "La Nueva España":
http://www.lne.es/centro/2012/09/17/pasion-descubierta-ecce-homo/1299122.html
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