María, Madre de la Esperanza
¡camina con nosotros!
Enséñanos a proclamar al Dios vivo;
ayúdanos a dar testimonio de Jesús,
el único Salvador;
haznos serviciales con el prójimo,
acogedores de los pobres, artífices de justicia,
constructores apasionados
de un mundo más justo;
intercede por nosotros que actuamos en la historia
convencidos de que el designio
del Padre se cumplirá.
Aurora de un mundo nuevo,
¡muéstrate Madre de la esperanza
y vela por nosotros!
Vela por la Iglesia :
que sea trasparencia del Evangelio;
que sea auténtico lugar de comunión;
que viva su misión
de anunciar, celebrar y servir
el Evangelio de la esperanza
para la paz y la alegría de todos.
Reina de la Paz ,
¡protege la humanidad del tercer milenio!
Vela por todos los cristianos:
que prosigan confiados por la vía de la unidad,
como fermento para la concordia del mundo.
Vela por los jóvenes,
esperanza del mañana:
que respondan generosamente
a la llamada de Jesús;
Vela por los responsables de las naciones:
que se empeñen en construir una casa común,
en la que se respeten la dignidad
y los derechos de todos.
María, ¡danos a Jesús!
¡Haz que lo sigamos y amemos!
É l es la esperanza de la Iglesia y de la humanidad.
É l vive con nosotros,
entre nosotros, en su Iglesia.
Contigo decimos «Ven, Señor Jesús»:
Que la esperanza de la gloria
infundida por Él en nuestros corazones
dé frutos de justicia y de paz!
SS. Juan Pablo II
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