I. Segura Madico
Nuestra Señora del Pilar, Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de Tíscar y Nuestra señora de Linarejos, diferentes advocaciones de Santa María, que marcaron en alguna ocasión la vida de Manuel Lozano Garrido, Lolo.
Nuestra Señora del Pilar, Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de Tíscar y Nuestra señora de Linarejos, diferentes advocaciones de Santa María, que marcaron en alguna ocasión la vida de Manuel Lozano Garrido, Lolo.
La Virgen de Tíscar y Lolo juntos en la Sacristía del Santuario. |
Nuestra Señora del Pilar
Lolo, joven de acción católica, acude a un encuentro nacional en Zaragoza bajo el amparo de la virgen del Pilar. Lolo, desconociendo los acontecimientos que la vida le traería, fervorosamente se acogió al amparo del manto de la Pilarica, amparo que nunca dejaría solo a Lolo en tantos pasajes amargos de su vida.
La ilusión del viaje, su participación en el mismo, quedan marcados en sus escritos y libros, dejando una huella que le acompañó durante toda su vida.
Nuestra Señora de Lourdes
Ya enfermo y desahuciado, Lolo con su hermana se disponen a realizar una verdadera peregrinación a Lourdes, para pedir a la virgen su sanación.
Un viaje ya de por si penoso en aquellos tiempos, se convirtió para Lolo en un calvario de dolor físico. En sus libros, al igual que el viaje al Pilar, son relatadas, con los más mínimos detalles, todas las peripecias del viaje.
Destaco la anécdota de cómo su hermana Luci, para que viera la imagen de la virgen pone a Lolo un espejo, que al ser retirado está lleno de lágrimas.
Lágrimas de alegría y satisfacción por ayudarle a soportar la cruz de la enfermedad y las llagas de la discapacidad. Manuel Lozano, no se enfada con nuestra Madre por no curarlo físicamente, pues entiende que hay una curación más importante en esta vida, la espiritual y de Lourdes sale con el convencimiento de que María siempre velará por él en esta vida.
Nuestra Señora de Tíscar
Seguro que Lolo coincidiría en que es la virgen de las vacaciones, una virgen de verano.
En sus libros Lolo nos relata los veranos en el santuario de Tíscar, cerca de Quesada y en plena sierra de Segura, Cazorla y las Villas. Meses de asueto físico, pero intensos ante María en ese santuario perdido en la serranía.
Fueron momentos profundos y ante todo tenían la peculiaridad de que era posible que Lolo acudiera a la misa en un templo.
Nuestra Señora de Linarejos
Es la advocación más cercana, la patrona de Linares, su ciudad natal y en la que pasó casi toda su vida, exceptuando el periodo de la mili. Sus libros y sus escritos son verdaderamente una llamada a la Señora de Linarejos. Destaco la anécdota que Lolo nos cuenta a la hora de partir a la mili y va como si de una amiga se tratase a despedirse de la virgen en su santuario.
Esta advocación permanente en la vida de Lolo, llega a ser también un faro a la hora de su beatificación, estando presente en el altar improvisado que se instaló en el recinto ferial de Linares en el 2010.
Cuatro advocaciones que llevan hacia una misma figura, María de Nazaret, Manuel Lozano se acogió a Ella como un niño coge el pecho de su madre, sintiendo el calor de la misma y percibiendo el alimento de vida. Bajo la protección de María, se pudo soportar mejor la enfermedad, haciendo posible una vida de santidad entregada a los demás por medio de Ella.
I. Segura Madico, Presidente CECO y Vicepresidente FIDACA - 29/04/2013
Fundación Amigos de "Lolo"
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