M. J. IGLESIAS, 18/02/17.
Modesta y gran artista. Una grata sorpresa. "El homenaje que me tributará la Agrupación Musical San Salvador, de la Cofradía de los Estudiantes el viernes 24 en el Auditorio de Oviedo, ha sido una grata sorpresa. No creo haber hecho méritos para ello. Ese día tocaré marchas de Semana Santa adaptadas al piano".
Purificación de la Riva García, para todos Purita de la Riva (Oviedo, 1933), es la única nacida de los once hijos de Joaquín de la Riva, que llegó a ser presidente de la Audiencia Provincial y Trinidad García, ambos de Villalón de Campos (Valladolid). Aquella niña que bailaba sevillanas y tenía un talento especial para la música, dio su primer concierto de piano con nueve años y a los doce terminó la carrera en el Conservatorio Superior de Música de Madrid con premio fin de carrera y premio extraordinario "María del Carmen". Todo apuntaba a una carrera fulgurante, con proyección internacional, pero la maestra, virtuoso del piano, decidió quedarse en Oviedo, cerca de su familia, y del Campo de San Francisco, que observa a diario desde su ventana. Nunca se arrepintió. El viernes 24 de febrero, la Agrupación Musical San Salvador, de la Hermandad de los Estudiantes, a la que pertenece, la tributará un homenaje en el Auditorio.
La prometedora carrera. "A los doce años terminé la carrera en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, porque en Oviedo no podía examinarme de los tres últimos cursos. Empecé a dar conciertos con mucho éxito. Pero mi madre, delicada de salud, y mi padre, que llegó a ser presidente de la Audiencia Provincial, no estaban muy de acuerdo con todo aquello. Me llamaron para representar a España en un certamen internacional, en Holanda, y no fuí. Por entonces era la única de las chicas que se quedaban en casa. La mayor se casó y otras se hicieron religiosas, así que a mi tampoco me disgustaba la idea de quedarme en Oviedo, tranquila. Hice el bachillerato y estudié inglés y francés. También me matriculé en varios cursos de la Universidad para tener un título de idiomas. con Benito Lauret hice contrapunto y fuga. Empecé composición, pero ese mundo nunca me atrajo mucho. Las disonancias, de moda entonces, no me gustaban nada. Además fue el año en que murió mi padre".
La prometedora carrera. "A los doce años terminé la carrera en el Conservatorio Superior de Música de Madrid, porque en Oviedo no podía examinarme de los tres últimos cursos. Empecé a dar conciertos con mucho éxito. Pero mi madre, delicada de salud, y mi padre, que llegó a ser presidente de la Audiencia Provincial, no estaban muy de acuerdo con todo aquello. Me llamaron para representar a España en un certamen internacional, en Holanda, y no fuí. Por entonces era la única de las chicas que se quedaban en casa. La mayor se casó y otras se hicieron religiosas, así que a mi tampoco me disgustaba la idea de quedarme en Oviedo, tranquila. Hice el bachillerato y estudié inglés y francés. También me matriculé en varios cursos de la Universidad para tener un título de idiomas. con Benito Lauret hice contrapunto y fuga. Empecé composición, pero ese mundo nunca me atrajo mucho. Las disonancias, de moda entonces, no me gustaban nada. Además fue el año en que murió mi padre".
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