Los Estudiantes celebran su 10.º aniversario durante un desfile con sus ocho imágenes junto a más de cincuenta costaleros de Sevilla.
E. Vélez /10.06.2018
Algunos se quedaron ayer con la boca abierta en el centro de Oviedo al ver pasar una procesión en pleno junio, mientras otros corrían por coger un buen sitio para admirar al Cristo de la Sentencia. La Hermandad de los Estudiantes celebró ayer su décimo aniversario haciendo lo que más le gusta, aunque esta vez lo hizo en familia. En concreto, con representantes de veinte cofradías españolas, 120 músicos de la banda de la Victoria de León y cincuenta costaleros de Sevilla.
Los hermanos cofrades salieron de su sede de La Tenderina hasta la plaza de la Catedral y viceversa portando no una, sino las ocho imágenes que posee. Es decir, con el paso completo. "¡Al cielo con él!" o "!Arriba!" fueron las palabras más repetidas a lo largo de un trayecto de cerca de seis horas de duración. No es que atravesasen cien calles, es que pararon ante buena parte de las iglesias o centros religiosos del camino. Sólo en atravesar la calle San Vicente emplearon unas tres horas. Allí homenajearon a las hermanas del Monasterio de San Pelayo o a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, al frente de la Cocina Económica.
Tras semanas de cielo cubierto e intensa lluvia, el sol pareció salir para acompañarles. Los Estudiantes tuvieron suerte con el tiempo, pero diseñaron un plan B consistente en acortar la ruta en caso de que les cogiese el agua. Estuvieron pendientes del cielo hasta el último momento, cuando a las cuatro de la tarde la junta de gobierno de la Hermandad dio luz verde a una procesión única en España. Y es que el desfile de cofrades del Norte y del Sur de España a primeros de junio es la primera vez que sucede.
El público más fiel se reencontró después de la Semana Santa con las imágenes del Jesús de la Sentencia, Poncio Pilatos lavándose las manos o los centuriones romanos. Un número cada vez mayor de personas se acercó a contemplar el espectáculo solemne y religioso a medida que avanzó la tarde. Así, una vez pasada la cuesta de La Vega, muchos curiosos y asiduos de las procesiones aguardaron en la calle Santa Ana, Cimadevilla, el Águila, Jesús, Ramón y Cajal o la plaza del Ayuntamiento, entre otras.
El medio centenar de costaleros de Sevilla hizo un viaje relámpago a Oviedo al llegar a la ciudad en autobús la madrugada del sábado y marchar a primera hora de esta mañana prácticamente sin descansar después ddel maratón de procesión.
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