El pasado 9 de junio 50 costaleros hispalenses acudieron a la capital asturiana para prestar su ayuda, y divulgar su pasión por el mundo de la trabajadera, a la hermandad de Los Estudiantes en su salida extraordinaria con motivo del 10º aniversario de la corporación. Fue una efeméride única en el norte de España en estas fechas.
Manu Ojeda -18 junio, 2018.
El universo cofrade es extenso y su pasión se antoja infinita para aquellos que verdaderamente desbordan devoción por los cuatro costados. O por los cuatro costeros, en este caso. El mundo del costal para los sevillanos nunca acaba. Fe de ello dieron más de cincuenta costaleros que marcharon el pasado sábado 9 de junio a, nada más y nada menos, que a Oviedo para prestar sus servicios a la hermandad de Los Estudiantes, que, con motivo de su 10º aniversario, celebró un desfile con las ocho imágenes que configuran el misterio de Jesús de la Sentencia.
Desde las 16.30 hasta las 11 horas –la procesión aceleró su paso debido a la aparición casi al final de las primeras gotas que avecinaban lluvia durante la nocturnidad-, la capital de Asturias fue testigo del más puro fervor del costalero hispalense. Una ciudad inundada de un arte propio de la tierra andaluza que comprendió porqué Sevilla puede permitirse el lujo de hacer gala de su pasión cofrade, al mismo tiempo que quedó atónita a la disponibilidad de más de cincuenta valientes que, en pleno mes de junio, ofrecieron su tiempo para cumplir con su más humilde cometido: prestar el andar a nuestro Señor Jesucristo. Valientes que vivieron una jornada en familia en la que, además, participaron representantes de una veintena de cofradías españolas y 120 músicos de la banda de la Victoria de León, acompañados de un sol que brilló casi hasta el final del trayecto de una procesión única en España -es la primera vez que se lleva a cabo- en estas fechas que fue capaz de unir norte y sur.
El medio centenar de costaleros hispalenses que acudieron a la cita lo hicieron gracias a la propuesta de Julio José Jiménez -conocido en el ámbito del costal por Julio ‘El Bocata’-, hermano de Los Panaderos que mantiene una estrecha relación con los fundadores de la hermandad de Los Estudiantes y al que le solicitaron, desde la corporación asturiana, una cuadrilla que pudiera prestar su servicio en dicha salida extraordinaria. La respuesta afirmativa a formar parte de esta efeméride responde a una gran motivación personal de todos aquellos que dijeron sí. Más merece, si cabe, resaltar el acompañamiento si se hace de forma fugaz. Los costaleros realizaron un viaje de ida y vuelta en autobús en el que llegaron a Oviedo la madrugada del sábado para regresar a primera hora del domingo sin apenas descanso tras la procesión.
Dos costaleros de la hermandad de la Hiniesta, Juan Pablo Pozo Cantero y Antonio Vázquez Bermejo, cuentan a Sevillainfo su experiencia, calificándola como algo “increíble” y que “mereció la pena vivirlo”. “Lo que nos motivó a ir fue la posibilidad de mostrar algo que aquí se ve habitual. Sabía que en un lugar como Oviedo donde, hoy por hoy, Los Estudiantes es la única hermandad que se ha apegado a esta costumbre, se valoraría en profundidad lo que trabaja y sacrifica un costalero en nuestra tierra”, argumenta Pozo, al mismo tiempo que critica la poca valoración que recibe en Sevilla una “afición criticada”. En esta línea, ambos ahondaron sobre tal experiencia y explicaron qué significa ser costalero desde sus respectivos puntos de vista.
EL SENTIDO DEL COSTAL EN SEVILLA
Juan Pablo Pozo: “Definir el ser costalero es complejo. Con el paso de los años he ido entendiendo que ésta era la forma de rezar que me acercaba más a Cristo y su Madre. El esfuerzo por tus devociones, el compañerismo con tus hermanos, el sacrificarse para estar a disposición de los demás sin pedir nada a cambio… Son muchos los valores que he aprendido en las trabajaderas y, para mí, tienen similitud con la predicación de Jesucristo. Bajo mi forma de pensar, el que es costalero lo es todo el año. En Sevilla podemos seguir sintiendo el calor de las trabajaderas durante los doce meses. Sin embargo, en otros lugares sólo pueden sentirlo en Semana Santa. Tengo la suerte de poder rezar como lo necesito más allá de las fechas señaladas”.
Antonio Vázquez: “Para mi ser costalero es vivir la Semana Santa de una forma diferente. Sinceramente no me gusta la idea de los hermanos costaleros. Por supuesto que hace falta corazón para sacar un paso pero también hace falta oficio. Los músicos de una banda, por ejemplo, no tienen que ser hermanos de todas las cofradías en las que salen y no por ello tocan mejor o peor. Puedo decir, abiertamente, que tengo mentalidad costalera durante todo el año”.
VIVENCIA FUGAZ EN OVIEDO
Juan Pablo Pozo: “La experiencia fue inolvidable. La hermandad de los Estudiantes nos proporcionó un trato sensacional, nos valoraron sin conocernos y nos pusieron todo por delante, como verdaderos hermanos. Mientras en Sevilla algunos se empeñan en criticar al costalero, ya sea por su estética o cualquier otro motivo, incluso dudando de sus sentimientos, en Oviedo noté que quieren tener todo lo que en nuestra ciudad parece no valorarse. Quieren aprender. Entendieron que con este trabajo se siente la devoción. De hecho, aquellas personas que lo vivieron desde fuera de la trabajadera, contemplaron que esta costumbre nuestra de llevar a nuestras sagradas imágenes transmite sentimientos que no habían encontrado antes. Puedo afirmar, en todos los sentidos, que lo vivido ha sido enriquecedor, tanto como costalero, como persona”.
Antonio Vázquez: “Fue una experiencia inolvidable en la que pude conocer la cultura de la ciudad más a fondo haciendo lo que más me gusta. Eso sí, nos pegamos una gran paliza en el viaje, por supuesto, totalmente justificada”.
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