Lo que por un tiempo fue una fiesta sin trascendencia es ahora, al decir de algunos, un rito pagano que nos lleva hasta los “Druidas Celtas”… Lo que es más, dicen que los paganos en la actualidad y las brujas modernas continúan celebrando este festival, en nuestros tiempos, el último día del mes de Octubre.
La verdad es que los orígenes de “Halloween” son, de hecho, muy cristianos, y de hecho, también muy americanos (de Estados Unidos). “Halloween” se celebra el 31 de Octubre por motivo de decisiones papales y su observancia es el resultado de la piedad católica medieval. Es cierto que los antiguos Celtas de Irlanda y de la Gran Bretaña celebraban un festival menor en Octubre 31 (como también lo hacían casi los últimos días de todos los demás meses). Sin embargo, “Halloween” cae en el último día de Octubre porque la Fiesta de “TODOS LOS SANTOS” o “ALL HALLOWS” (en inglés) se celebra el 1º de Noviembre… La fiesta en honor de todos los santos que están en el cielo inicialmente se celebraba en Mayo 13, pero fue el Papa Gregorio III (+741) quien la cambió de fecha al 1º de Noviembre, que era el día de la “Dedicación” de la Capilla de Todos los Santos en la Basílica de San Pedro en Roma. Más tarde, en el año 840, el Papa Gregorio IV ordenó que la Fiesta de “Todos los Santos” se celebrara universalmente. El día anterior a la Fiesta, o sea, la Vigilia vespertina, se empezó a conocer, en inglés, como “ALL HALLOWS EVEN” o “HALLOWE’EN”… Pero en esos días, “Halloween” no tenía ningún significado especial para los cristianos, ni mucho menos para los Celtas paganos, que ya tenían mucho tiempo de haber desaparecido.
Para el año 998, San Odilo, el abad del Monasterio de Cluny, en el sur de Francia, había añadido la celebración del 2 de Noviembre. Este era un día de oración por las almas de los fieles que habían fallecido, así llamada Fiesta de los “Fieles Difuntos” se fue difundiendo en Francia y luego en toda Europa… Por lo que la Iglesia católica tenía así ya dos fiestas: una por los santos en el cielo y otra por los difuntos en el purgatorio.
¿Y qué decir, entonces, de los que estaban condenados? Todo parece indicar que fueron los campesinos católicos irlandeses los que se preocupaban por las almas desafortunadas que estaban en el infierno… Creían ellos, que como no se les tomaba en cuenta, pues solamente se recordaba a los que estaban en el cielo o en el purgatorio, entonces las almas de los condenados en el infierno se sentirían tristes y vendrían a causar problemas a la tierra, por lo que nació la costumbre de hacer ruido con cacerolas y sartenes la noche del 31 de Octubre para decirles a las almas de los difuntos en el infierno que no se olvidaban de ellos.
¿Y la tradición de disfrazarse? Esta costumbre también nació en Francia en el siglo XIV y XV durante la celebración de la Fiesta de “Todos los Santos”. Recordemos que Europa fue flagelada por la plaga bubónica (“la muerte negra” como también fue conocida), muriendo alrededor de la mitad de la población, por lo que los Católicos de esta época se preocuparon mucho del tema de la muerte y del más allá durante este tiempo… Se multiplicaron las “Misas” en la Fiesta de los “Fieles Difuntos” y nacieron muchas representaciones artísticas que le recordaban a la gente su propia mortalidad…
Conocemos estas representaciones como la “Danza de la Muerte”, y así se adornaban muchas paredes de los cementerios de aquel entonces. En algunas estaba el diablo guiando una cadena de gente: papas, reyes, damas, caballeros, monjes, campesinos, leprosos, etc… en una misma dirección: la tumba… En algunas ocasiones esta “Danza de la Muerte” era representada en cuadros plásticos, con gente disfrazada, de personalidades famosas y en las distintas etapas de la vida, incluida la muerte a la que todos debían de llegar.
Pero los franceses se disfrazaban el 2 de Noviembre, la Fiesta de los “Fieles Difuntos”, no en “Halloween” porque no tenían esta fiesta… y los irlandeses, que sí tenían “Halloween” ni siquiera se disfrazaban… Pero estas dos tradiciones probablemente se mezclaron en las colonias británicas de América del Norte durante los años de 1700 cuando los católicos irlandeses y los franceses católico empezaron a casarse entre ellos.
Ahora bien, como todos saben, lo importante no es disfrazarse, sino conseguir el mayor número posible de golosinas, dulces o regalos…¿De dónde viene esta costumbre de “Dulce o Travesura” (“Trick or Treat”)?… Quizá esta adición típica norteamericana de la fiesta de “Halloween” se deba a los ingleses, pues durante el período penal de 1500 a 1700 en Inglaterra los católicos no tenían derechos legales: No podían ejercer ningún puesto público y los perseguían con multas, impuestos elevados y hasta cárcel. El celebrar Misa era una ofensa capital y cientos de sacerdotes fueron martirizados.
Ocasionalmente muchos católicos ingleses oponían resistencia, a veces tontamente, y así uno de los incidentes más notorios fue el intento de hacer volar al rey protestante Jaime I y su Parlamento con “pólvora de cañón”, marcando así el inicio de un levantamiento católico contra sus opresores… Pero el “Plan pólvora de cañón” (“Gunpowder Plot”) fue descubierto en Noviembre 5, 1605, cuando el que cuidaba la pólvora, un convertido descuidado, llamado Guy Fawkes, fue capturado y ahorcado. Por lo que Noviembre 5, “Día de Guy Fawkes”, pronto se convirtió en una gran celebración en Inglaterra (incluso hasta nuestros días)… Muchas bandas de protestantes, ocultos con máscaras, celebraban esta fecha visitando a los católicos de la localidad y exigiéndoles cerveza y pasteles para su celebración, diciéndoles: “Trick or Treat”.
Consecuentemente, el “Día de Guy Fawkes” llegó a las colonias con los primeros ingleses en venirse a América. Y aunque ya habían caído en el olvido el Rey Jaime I y el mismo Guy Fawkes, la tradición de “pedir” era muy divertida como para olvidarla… Después se trasladó al 31 de Octubre, para así unirla a la tradicional celebración irlandesa-francesa de máscaras y disfraces de la “Danza de la Muerte”.
La mezcla de muchas tradiciones de inmigrantes ha quedado fija en los Estados Unidos desde los inicios de 1800 como lo que se conoce el “Halloween”… En Europa no se sigue esta tradición, ni siquiera en los países en que se originaron estas costumbres, como hemos ido viendo.
¿Y qué decir de las brujas?… Bueno, esta es una adición más reciente. Resulta que en 1890 con el desarrollo de la industria de las tarjetas de felicitación, se pensó que como “Halloween” ya estaba asociado con la “muerte” y los “fantasmas” sería bueno añadir las brujas como un atractivo más para el comercio… Las tarjetas de “Halloween” fueron un fracaso, pero la imagen de las brujas se quedó…
Así también las calabazas huecas con luz se añadieron porque se creía que eran parte de los antiguos festivales de la cosecha de los Celtas paganos y ganaron adeptos entre los campesinos norteamericanos…No hay que ser exagerados en contra de la celebración folklórica de “Halloween” pues aunque ciertamente tengamos la influencia tan cercana de Estados Unidos y el desarrollo agresivo del comercio, podemos canalizar positivamente su celebración, informando, educando y motivando a considerar lo que en sus orígenes era la celebración de la “Víspera” de la Fiesta de “Todos los Santos”.
Ayudemos, pues, a los niños a recordar a nuestros familiares y amigos que se han ido y que comparten con Dios la gloria del Cielo, así como también los que se encuentran en la transición del Purgatorio, y celebremos cristianamente estos dos acontecimientos de gran significado católico: Noviembre 1º… la Fiesta de “Todos los Santos” y Noviembre 2… la Fiesta de los “Fieles Difuntos”.
Hasta aquí el artículo original del P. Augustine Thompson, O.P. publicado en la Revista Catholic Digest, Octubre 1996.Traducido y adaptado por el P. José Antonio Muguerza.
DEL MISAL ROMANO DIARIO:
1 de Noviembre… TODOS LOS SANTOS.
Hoy la Iglesia nos invita a dirigir la oración a los hombres y mujeres, cuyos nombres nos son desconocidos, pero que siguieron a Cristo aquí en la tierra y se encuentran ya en el Cielo… Por medio de la comunión de los santos podemos unirnos a ellos.
2 de Noviembre…LOS FIELES DIFUNTOS.
Orar por los difuntos es una de las tradiciones cristianas más antiguas. Después de la muerte no se rompen los lazos con quienes fueron nuestros compañeros de camino… Al día siguiente de celebrar a todos aquellos que han llegado ya a la intimidad con Dios, rezamos por los que aún están purificándose en el Purgatorio, para que vayan cuanto antes al Cielo.
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