Dios Padre, que hiciste incansable a San Francisco Javier
para anunciar la Luz del Evangelio a muchos pueblos de Oriente,
crea en nosotros el deseo y coraje de ser auténticos
testigos del Evangelio,
para que todo hombre pueda encontrar la salvación.
Mantén viva en nuestro corazón la llama de la fe, haz que deseemos
dar esta preciosa luz a los que aún están en la oscuridad.
San Francisco Javier, patrón de las misiones, vela por los sacerdotes,
por los religiosos y religiosas, por las familias y por todos los creyentes
que dejaron casa, patria, familia,
para llevar el Evangelio a todas las criaturas.
Alivia sus fatigas cotidianas, dales la misma pasión
que tú tenías en el corazón para que sean como tú,
incansables en el anuncio y en la caridad.
Danos esa confianza inquebrantable
que tú tenías en el Señor Jesús
y en Su Madre, la Virgen María.
Haz que la Santa Iglesia se alegre siempre con nuevos hijos.
¡San Francisco Javier,
ruega por nosotros!
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