Jesús Sanz presidió por primera
vez la misa en el Sagrado Corazón, adonde subieron numerosos peregrinos pese a
la amenaza del orbayu
Ángel FIDALGO 10/06/2013
Devoción entre un tímido resol y
una niebla que al final no terminó en el orbayu que todos los romeros temían.
La jira al monumento del Sagrado Corazón, que corona el monte Naranco en el
Picu Paisanu, fue la primera que celebró el arzobispo, Jesús Sanz, a los pies
del emblemático y gigantesco monumento que preside Oviedo, lo que causó una
honda huella en el máximo representante de la Iglesia en el Principado, como
expresó a lo largo de su homilía.
Aunque la misa comenzó a las
12.00, media hora antes ya eran muchos los romeros que comenzaban su ascensión
desde los dos aparcamientos que se encuentran en lo alto del Naranco.
Otros fieles, pocos, habían
subido a pie desde la ciudad, como un grupo de hermanos de la cofradía de los
Estudiantes siguiendo a su agrupación musical, la de San Salvador, que
contribuyó a dar solemnidad al acto religioso.
Estos últimos habían salido a las
nueve de la mañana desde la iglesia de San Francisco Javier, en la Tenderina,
tras recibir la bendición del párroco y director espiritual de la hermandad,
Alberto Reigada, y después de cumplir con «el rito del peregrino». El Arzobispo
agradeció su presencia en la jira.
El monumento al Sagrado Corazón e integrantes de la agrupación «San Salvador», y Jesús Sanz oficiando la misa. |
«¡ Ya era hora! Después de tres
años en Oviedo estoy por fin aquí, pero el año anterior no puso ser, y tal vez
por eso préstame enormemente el poder acompañaros», aseguró Jesús Sanz a los
fieles que llenaban la explanada situada a los pies de la imagen del Sagrado
Corazón.
Tres padres jesuitas y dos curas
de la diócesis concelebraron la eucaristía con el arzobispo, que reconoció en
su homilía que siempre tuvo «dudas» sobre el significado de la palabra jira, ya
que hasta llegar a Asturias no la conocía, y que tras recurrir al Diccionario
de la Real Academia en busca de una respuesta, su confusión fue aún mayor. Al
final le informaron de lo que era una jira en Asturias, que incluía además del
aspecto festivo el religioso. Entonces el arzobispo no sólo se tranquilizó,
sino que además de subir al Naranco con ánimos renovados dijo que el próximo
año le gustaría llegar andando. Ya se verá.
«Estamos los dos con sobrepeso,
pero como lo hago yo seguro que también lo puede hacer él; así que el próximo
año igual subimos todos juntos. Pero que se prepare, porque menuda es la
subida. Hay que tener mucho humor», advirtió Julio López.
Asistentes a la misa en honor del Sagrado Corazón, ayer poco antes de comenzar el acto religioso, en lo alto del monte |
El arzobispo recordó en su
homilía que los dos monumentos del Prerrománico, el de San Miguel de Lillo y el
de Santa María del Naranco, que se encuentran en la subida, «representan la
solera de la fe de todos los que nos precedieron».
Purita de la Riva, notable
pianista y una de las entusiastas que apoyaron desde el inicio la construcción del
monumento al Sagrado Corazón, al comienzo de la década de los años sesenta del
pasado siglo, agradeció «la suerte de contar con caras nuevas, entre ellas las
de muchos jóvenes».
Tras recordar la historia del
monumento «que vi crecer», leyó emocionada una poesía que resumió el espíritu
del Sagrado Corazón. Pero aún se emocionó más al recordar a la joven Eva Cabal,
fallecida meses atrás, entusiasta del Sagrado Corazón y hermana de la cofradía
de Los Estudiantes. A más de uno les saltaron las lágrimas, igual que cuando
entonaron de despedida el himno a la Virgen de Covadonga. Una gran jira.
http://www.lne.es/oviedo/2013/06/10/arzobispo-le-presto-jira/1425230.html
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