Procesión de la Hermandad de Estudiantes Oviedo |
Falta algo más de media hora para la medianoche cuando una
voz grave silencia todas las conversaciones de la abarrotada sala, “¡Que se
pongan el costal, la faja, la rodillera por dentro!” es la llamada a la acción
en la Hermandad de Estudiantes de Oviedo. Los costaleros, que se cambian entre
los huecos que dejan los bancos de una estancia universitaria que habitualmente
tiene otra función, apuran sus movimientos.
Los costaleros son el motor humano, e invisible bajo los
faldones que cubren los pasos, que llevan en procesión a las veneradas imágenes
durante las procesiones de Semana Santa.
Puede que sea objeto de devoción y representación de la fé,
pero el Paso de Misterio de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia supone más de
mil kilos sobre las cervicales de los hombres que humildemente se sitúan bajo
él. La Hermandad de Estudiantes es la única en todo el norte de España, que, al
estilo de las de Sevilla en las que se inspira y de las que aprendió, recurre a
los costaleros en las procesiones.
Hermandad de Estudiantes Oviedo |
Desde el año 2008 que nace oficialmente la Hermandad, la
imagen de Jesús de la Sentencia es llevada el Lunes Santo desde la Casa de la
Hermandad al edificio histórico de la Universidad de Oviedo. Consta en la
actualidad de cuatro figuras que escenifican a un Poncio Pilatos que se lava
las manos mientras Jesucristo acepta con resignación su destino.
Más allá del peso con el que cargan, su mayor enemigo como
me cuenta uno de ellos es “el sudor, que nos causa roces” y que a su vez pueden
provocar heridas de tan rápida aparición que su doloroso efecto se hará sentir
cuando la procesión aún está en su apogeo. “Yo no bebo ningún líquido desde
horas antes” me confiesa un veterano costalero.
Reflejando en la prosa de la vida real la poesía del nombre
“Hermandad”, cada costalero necesitará la ayuda de otro compañero para preparar
y colocarse los dos elementos imprescindibles y más reconocibles de su labor,
el costal y la faja.
Ajustando el costal en la Hermandad de Estudiantes Oviedo |
El costal es la tela de arpillera (forrada de una tela más
suave) que protege la zona de la nuca y las cervicales, donde descansa el peso
con el que cargan. Es importante doblar, enrollar y apretar bien la misma,
sobre una prenda forrada y circular llamada “morcilla”. Se la ajustan en su
frente y cabeza mientras un compañero a sus espaldas la estira con fuerza para
eliminar las arrugas que podrían provocar heridas.
La espalda es otra zona a proteger y se hace con una larga
faja. Mientras quien la vaya a vestir enrolla un extremo sobre la cintura y
riñones, unos metros detrás suyo otro costalero sujeta con manos firmes el otro
extremo estirado a la vez que el primero gira lenta pero metódicamente sobre sí
mismo.
Cuando llegué al precioso edificio histórico de la Universidad
de Oviedo de donde saldría la procesión, el ritual de prepararse para el
solemne momento llevaba ya en marcha un rato, tanto para hombres como mujeres.
Estas últimas forman parte de la sección de Damas de Mantilla de la Hermandad
de Los Estudiantes, y visten de respetuoso color negro, siendo el arreglo de su
pelo, tocado con la tradicional peineta, lo que les requiere más atención y
cuidado: unas damas arreglan a otras que se mantienen inmóviles mientras las
atienden.
Preparativos en la Hermandad de Estudiantes Oviedo |
Por el contrario, no hay encajes o engalanamientos, por
discretos que sean los de las féminas, en los costaleros. Todo su atuendo
desprende un aire también sobrio pero práctico y estudiado para ayudar en la
extenuante función que estos hombres devotos van a llevar a cabo esta noche.
Tan peculiar y llamativa resulta esta ofrenda de sacrificio
por la fe, que un equipo del canal de cultura de la televisión rusa, con María
Guseva al frente, pasó por Oviedo y grabó varias tomas de la procesión a la que
yo mismo asistí.
Entrando por sus laterales y parte trasera, los costaleros
se distribuyen bajo el paso conforme a un cuadrante que indica con precisión el
lugar exacto de cada uno. Es la “igualá”, y su objetivo es buscar una
uniformidad del reparto del peso y “el caminar” en función de la altura de los
costaleros. A partir del momento en que se sitúen en su puesto, en casi
completa oscuridad y apretados hombro con hombro, estos hombres dependerán del
capataz y sus auxiliares que, con sus voces de mando, se convertirá en su guía
desde el exterior y les indicará giros, movimientos y corregirá su dirección.
Costaleros de la Hermandad de Estudiantes de Oviedo |
Con el repicar de las campanas a media noche del Jueves
Santo, arranca la procesión de La Madrugá.
La primera prueba de fe y fuerza, y no será la única de la
noche, es la propia salida del edificio de la Universidad: la altura de las
imágenes y el paso es superior a la de la puerta. Mientras afuera forma la
Hermandad de Legionarios y una multitud espera en respetuoso silencio, los
costaleros habrán de cargar con la imagen de rodillas para pasar bajo la
puerta.
Cuando lo llevan majestuosamente a cabo, el estruendo de los
aplausos se prolonga musicalmente con la Agrupación Musical San Salvador y la
tuna de Oviedo.
El lento recorrido no sólo transcurre con un tenso y
agotador, “caminar de frente” sino que en varias ocasiones los costaleros
realizaran cambios, llegando a caminar de espaldas para girarlo, reafirmando su
habilidad y devoción, en las estrechas calles del casco antiguo de Oviedo.
Más tarde, durante la lectura de la Sentencia (en la que se
condena a Jesucristo) desde un balcón en la Plaza del Ayuntamiento, los
costaleros tendrán un breve respiro y podrán levantar los faldones del paso y
salir a descansar los forzados músculos.
Los minutos pasarán volando y estos hombres volverán pronto a
situarse otra vez bajo las imagenes. La noche más especial aún no ha concluido
para ellos.
http://www.viajablog.com/devocion-en-la-madrugada-la-hermandad-de-estudiantes-de-oviedo/
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