El Arzobispo no presidió el acto al estar en Grecia y los concejales no acudieron
Fieles agrupados ante el Santo Sudario, al finalizar la misa.
Con una misa solemne y la excepcional bendición del Santo Sudario -sólo se realiza tres veces al año, el de ayer, el día de San Mateo y el Viernes Santo-, se celebró el primer día de la Perdonanza, que marca el inicio del jubileo de la Santa Cruz, en la Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador de Oviedo.
Por delante quedan siete días más en los que los fieles pueden ganar el jubileo. Un acto de fe que se remonta a la Edad Media, y en el que está el origen de las fiestas de San Mateo, jornada festiva en la que termina la Perdonanza.
Ayer por la tarde, un año más, la Catedral estaba repleta de gentes de fe, entre los que no faltaban peregrinos llegados de Francia o Alemania, que quisieron hacer un alto en su camino hacia Santiago de Compostela para ser bendecidos por una de las reliquias más importantes de la cristiandad.
Este año, el gran ausente fue el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, pero sólo porque se encuentra en Grecia de peregrinación, acompañando a un grupo de asturianos.
El sacerdote de la parroquia del Cristo de las Cadenas, Julián Herrojo, tuvo la encomienda de presidir la homilía, en la que recordó, a modo de anécdota, a una política que se negaba a que el Estado ayudara económicamente a los centros educativos religiosos porque enseñaban "cosas raras".
"Claro que enseñan cosas raras a sus alumnos, como a abrazar la cruz de Cristo y a creer en la resurrección", señaló con piadosa ironía el sacerdote que estaba acompañado por los párrocos de la Sagrada Familia, de los Dominicos, de Olloniego, Lugones, Tudela de Veguín, Santiago de Tudela de Agüeria, la Manzaneda y San Pedro de Naves.
A la izquierda del altar mayor se encontraban los nuevos seminaristas que este curso inician sus estudios en el Seminario Metropolitano de Oviedo. A los asistentes les llamó también la atención la presencia de un grupo de costaleros de la Hermandad de los Estudiantes, quienes, con su particular indumentaria y con su parihuela, llegaron hasta la puerta de la Catedral, dejándola "arriada" en la parte izquierda y cubierta con un plástico para que la protegiera de la persistente lluvia. Quieren que su particular peregrinar en día tan señalado para Oviedo se convierta en tradición, y así se lo hicieron saber al deán.
En el capítulo de los ausentes, lo esperado. Ningún concejal del Ayuntamiento de Oviedo. Sólo estaba Gerardo Antuña (PP), pero que asistía a la Perdonanza como hermano de los Estudiantes. Vamos, que los políticos se tomaron a pecho el hecho de que Oviedo pasara a formar parte de la Red de Municipios Laicos de España.
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