La lluvia impidió que los costaleros procesionasen durante la noche
David Orihuela 30.03.2018
No pudo ser. La "madrugá" se suspendió y la desolación cundió entre los miembros de la cofradía de Los Estudiantes que llevaban un año esperando que dieran las doce de la noche del Jueves Santo para salir en procesión desde la capilla de la Universidad de Oviedo, en la calle San Francisco, por todo el casco histórico.
A la hora prevista para el inicio de la procesión, el Cabildo de Aguas mantuvo una reunión en una pequeña sala anexa a la capilla universitaria. Minutos después anunciaban que la procesión se retrasaba 45 minutos. En la calle, cientos de personas esperaban que se abriese la puerta del edificio histórico de la Universidad pero no fue así.
Parecía que las previsiones no era malas, que dejaría de llover durante varias horas a partir de la una de la madrugada. De ahí la decisión del retraso. Pero no pudo ser. La lluvia había dado una pequeña tregua pero pasadas las doce y media los paraguas volvieron a abrirse. A la una menos cinco la hermandad de Los Estudiantes tomaba la difícil decisión de suspender la procesión. Lo comunicaron en el interior de la capilla y anunciaron que se harían una serie de actos bajo techo. La hermandar decidió abrir las puertas del edificio para que el público que se congregaba en la calla pudiese contemplar el paso del Señor de la Sentencia. Los costaleros tomaron posiciones e hicieron una "revirá", es decir, dieron la vuelta al paso en muy poco espacio. Los fieles pudieron asistir así a una pequeña demostración de lo que estaba previsto.
Poco a poco tanto cofrades como público fueron abandonando el lugar tras ver como muchos de los miembros de la hermandad no podían contener las lágrimas.
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