Cientos de cofrades y devotos ultiman ya la Semana Santa asturiana, una cita en la que el fervor religioso se dispara y que cada año gana adeptos. Aquí, la guía definitiva.
Vía Crucis de la Hermandad de Los Estudiantes, esta semana en Oviedo. / MARIO ROJAS
AZAHARA VILLACORTA/Domingo, 18 marzo 2018.
La Semana Santa gana cada año adeptos en Asturias, cuyas procesiones, aunque no tienen la espectacularidad de las andaluzas ni la sobriedad de las castellanas, viven su particular resurgir de las cenizas. Cada vez son más quienes se lanzan a la calle para, además de disfrutar de unos días de asueto, conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
OVIEDO
DOMINGO DE RAMOS:
Procesión de la Borriquilla (sale a las 11 horas de la parroquia de San Pedro de los Arcos). Procesión de la Sagrada Lanzada (a las 16.30 horas), llegada en desfile a paso legionario de la Escuadra de Gastadores Legionaria por la avenida de Torrelavega para recoger al Santísimo Cristo de la Misericordia. Salida a costal a las 17 horas de la parroquia de San Francisco Javier de la Tenderina.
LUNES SANTO:
Procesión del Prendimiento (20 horas). Sale de la parroquia de San Francisco Javier de La Tenderina.
MARTES SANTO:
Procesión del Silencio. A las 20.20 horas, tendrá lugar el Acto del Silencio. A las 20.30, salida de la iglesia parroquial de Santa María la Real de la Corte.
MIÉRCOLES SANTO:
Procesión del Nazareno. Salida a las 20 horas de la iglesia de Santo Domingo en San Pedro Mestallón.
JUEVES SANTO:
Procesión de Jesús Cautivo (20.15 horas). Sale de San Juan el Real.
VIERNES SANTO:
La Madrugá, a medianoche, desde la Capilla del Edificio Histórico de la Universidad. Santo Entierro (18 horas), desde San Isidoro el Real.
SÁBADO SANTO:
Procesión de la Soledad (10 horas). Sale de San Isidoro el Real.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN:
Procesión del Jesús Resucitado. A las 13.15 horas, desde el Arzobispado.
El fervor se extenderá oficialmente desde el 25 de marzo al 1 de abril del Oriente al Occidente empezando por Gijón, donde, además de gastronomía, festivales y juegos infantiles o mercados artesanos y medievales para todos los públicos, tres cofradías se encargarán de poner la religiosidad a flor de piel en una Semana de Pasión con solera, porque se remonta al siglo XVII. Eso sí, con grandes altibajos a lo largo de su historia, ya que a mediados de la década de los setenta del pasado siglo se vivió un parón de más de veinte años en los que no hubo procesiones en la ciudad.
No fue hasta 1995 cuando la Ilustre Cofradía del Santo Sepulcro, la Ilustre Hermandad de la Santa Misericordia y la Ilustre Hermandad de la Santa Vera Cruz –que llegó a tener 4.000 miembros– unieron sus fuerzas para recuperar una tradición que cada año congrega a cientos de gijoneses para seguir sus pasos desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección y que volverá a sacar a la calle misterios como el de la Piedad al pie de la Cruz –sin duda, el más espectacular de las conmemoraciones gijonesas– el Viernes de Dolores, durante la procesión más solemne y desgarradora.
En esa Procesión del Santo Entierro los cofrades veteranos echarán el resto, al igual que los más pequeños lo harán días antes, el Domingo de Ramos, cuando los más jóvenes de San Pedro portarán una talla en miniatura del Santo Niño del Remedio.
El mismo fervor llenará a esas horas Oviedo, otra buena muestra de la recuperación de las expresiones populares de devoción.
Allí, en 1622 se data ya la existencia de la Cofradía de Jesús Nazareno, vinculada al convento de Santo Domingo. A partir de entonces, y excluyendo el periodo de guerra civil, la tradición seguirá hasta la época contemporánea.
Interrumpidas en 1968, al igual que en Gijón, las procesiones volvieron en 1995 con la refundación de la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y, desde ahí, han venido sumándose otras como la de Los Estudiantes, una de las de más pujanza.
También las ocho cofradías avilesinas –algunas con gran solera, como la de los ‘sanjuaninos’– llevan ya algunos días trasladando sus imágenes y poniéndolo todo a punto para el próximo domingo, cuando tenga lugar la procesión de La Borriquilla, con salida y llegada en Carlos Lobo, en una Pasión que hunde sus raíces en el pasado de la vieja villa medieval. Una cita en la que el momento cumbre de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Regional, tendrá lugar el miércoles a las ocho y media de la tarde: el Santo Encuentro en la plaza de España.
Y, además de las tamboradas y procesiones, uno de los mayores atractivos de este año será la exposición de hábitos y enseres en el Museo de Historia Urbana de Avilés.
Comisariada por el pregonero de esta edición, Javier Menéndez Ferré, la muestra sacará a la luz el importante patrimonio de las cofradías locales, las verdaderas artífices de unos actos que hacen de estos los días más piadosos del año.
Será también entonces cuando la Semana Santa vuelva a levantar pasiones en Siero. Juan Manuel Hevia Fisas, párroco de San Pedro, en la capital del concejo, explica que estos son días de agitación «en torno a los preparativos y la participación de la gente», en un periodo en el que «será la tercera vez que haya procesión de Viernes Santo desde que se recuperó».
El Domingo de Ramos la procesión de la Borriquilla partirá de la capilla de Santa Ana. El paso lo llevarán los niños que hicieron la Comunión el año anterior. Y, a mediodía, tendrá lugar la Bendición de los Ramos en la plaza de la iglesia. Otros actos particularmente destacados serán el Vía Crucis y la procesión del Encuentro hacia el Calvario.
En Lugones, la Semana Santa es, asimismo, más especial si cabe este año, ya que es el primero desde que el Arzobispado aprobara definitivamente los estatutos de la Cofradía del Cristo de la Piedad y la Virgen de la Soledad.
Rosi Menéndez, hermana mayor de la cofradía, cuenta que, con ese refrendo, se afronta este periodo «con mucha más ilusión». Un total de 107 cofrades participan («unos con hábito, otros sin él», comenta la hermana mayor) en las actividades de la Semana Santa lugonense.
Ydel interior a la costa, este también será un año especial para la Cofradía de Jesús Nazareno de Villaviciosa, porque cumple 350 de historia, lo que celebrará con un amplio programa de actividades.
La primera de ellas será la inauguración de una exposición en la Fundación Cardín, el jueves 22, a las 19 horas. Y solo un día más tarde el doctor en Historia del Arte, especialista en religiosidad popular y director de la revista ‘Pasos de Semana Santa’, Antonio Bonet, leerá el pregón en la iglesia parroquial.
Una de las principales novedades tendrá lugar el Sábado Santo con el traslado de la Vigilia Pascual a la iglesia de la Oliva. Una noche que también será muy especial para Luanco, cuya celebración central tendrá lugar al día siguiente, Domingo de Resurrección, en el escenario la playa de La Ribera. Allí, en la ceremonia de La Venia, un ritual del que se tienen noticias en las crónicas locales del siglo XVIII, un abanderado rendirá un particular tributo a los pies de la Virgen Dolorosa y del Cristo resucitado con un pendón de la Cofradía de Pescadores. Se trata, reza la tradición, de que la bandera pase rozando la arena sin tocarla, un augurio de que será un año de buena pesca. Y, tras el tercer pase, se desprenderá el velo de la Virgen y estallarán la alegría y los voladores.
Los aires marineros mandarán también en Candás –donde uno de los protagonistas será el Canto de La Salve, que tiene lugar el Sábado Santo y el Domingo de Resurrección en la plaza del Paseín– y en las procesiones en Luarca, con un origen que se remonta a 1695 y que no se interrumpieron ni en la contienda civil. Allí, el fervor por el Nazareno es tal que en prácticamente todas las familias luarquesas hay cofrades, sumando un millar en una población de cuatro mil habitantes. Una villa en la que la procesión más emotiva se celebra el Jueves Santo con la subida hacia la capilla de La Atalaya, que a muchos les traslada al Gólgota, aunque tampoco es recomendable perderse la del sábado, con las primeras luces del día, viendo los acantilados y el mar.
Habrá celebraciones con tanta raigambre como las de Piantón, en Vegadeo, que acoge cada Domingo de Resurrección una de las citas más antiguas de la comarca occidental, con siglos de historia.
En la localidad, desde hace décadas se enfrentan un pendón blanco, que simboliza la vida, y otro negro, el de la muerte.
Tras el bandeo tiene lugar otro de los momentos centrales de la celebración, cuando un pequeño ataviado como un ángel es izado bajo un arco de flores para poder abrazar a la Virgen y retirarle el manto negro de luto. Se anuncia así la Resurrección de Cristo, que es acompañada con una suelta de palomas.
Competirán con los actos de nuevo cuño, como el Vía Crucis viviente de Infiesto, en el que se recrean los momentos finales de la vida de Jesús con escenarios ambientados en la Jerusalén de la época, una tradición que también se mantiene en Villanueva de Oscos.
Misas de niños, oficios por el rito hispano-mozárabe, bendiciones del agua y el fuego, procesiones a paso legionario, incienso, dolorosas y verónicas, vigilias y silencio, ‘madrugás’, indultos y besos de Judas, Asturias está ya lista para vestirse de capirotes, mantillas y velas, y sus cientos de cofrades, preparados para salir a las calles, portar los pasos y mostrar su devoción. Y, si no le convence la vertiente fervorosa de las fechas, siempre puede acercarse al mercáu de artesanía y alimentación de Colunga, al festival de la marañuela de Luanco o a las carreras de caballos en la playa que se organizan en Ribadesella.
En esa Procesión del Santo Entierro los cofrades veteranos echarán el resto, al igual que los más pequeños lo harán días antes, el Domingo de Ramos, cuando los más jóvenes de San Pedro portarán una talla en miniatura del Santo Niño del Remedio.
El mismo fervor llenará a esas horas Oviedo, otra buena muestra de la recuperación de las expresiones populares de devoción.
Allí, en 1622 se data ya la existencia de la Cofradía de Jesús Nazareno, vinculada al convento de Santo Domingo. A partir de entonces, y excluyendo el periodo de guerra civil, la tradición seguirá hasta la época contemporánea.
Interrumpidas en 1968, al igual que en Gijón, las procesiones volvieron en 1995 con la refundación de la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y, desde ahí, han venido sumándose otras como la de Los Estudiantes, una de las de más pujanza.
También las ocho cofradías avilesinas –algunas con gran solera, como la de los ‘sanjuaninos’– llevan ya algunos días trasladando sus imágenes y poniéndolo todo a punto para el próximo domingo, cuando tenga lugar la procesión de La Borriquilla, con salida y llegada en Carlos Lobo, en una Pasión que hunde sus raíces en el pasado de la vieja villa medieval. Una cita en la que el momento cumbre de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Regional, tendrá lugar el miércoles a las ocho y media de la tarde: el Santo Encuentro en la plaza de España.
Y, además de las tamboradas y procesiones, uno de los mayores atractivos de este año será la exposición de hábitos y enseres en el Museo de Historia Urbana de Avilés.
Comisariada por el pregonero de esta edición, Javier Menéndez Ferré, la muestra sacará a la luz el importante patrimonio de las cofradías locales, las verdaderas artífices de unos actos que hacen de estos los días más piadosos del año.
Será también entonces cuando la Semana Santa vuelva a levantar pasiones en Siero. Juan Manuel Hevia Fisas, párroco de San Pedro, en la capital del concejo, explica que estos son días de agitación «en torno a los preparativos y la participación de la gente», en un periodo en el que «será la tercera vez que haya procesión de Viernes Santo desde que se recuperó».
El Domingo de Ramos la procesión de la Borriquilla partirá de la capilla de Santa Ana. El paso lo llevarán los niños que hicieron la Comunión el año anterior. Y, a mediodía, tendrá lugar la Bendición de los Ramos en la plaza de la iglesia. Otros actos particularmente destacados serán el Vía Crucis y la procesión del Encuentro hacia el Calvario.
En Lugones, la Semana Santa es, asimismo, más especial si cabe este año, ya que es el primero desde que el Arzobispado aprobara definitivamente los estatutos de la Cofradía del Cristo de la Piedad y la Virgen de la Soledad.
Rosi Menéndez, hermana mayor de la cofradía, cuenta que, con ese refrendo, se afronta este periodo «con mucha más ilusión». Un total de 107 cofrades participan («unos con hábito, otros sin él», comenta la hermana mayor) en las actividades de la Semana Santa lugonense.
Ydel interior a la costa, este también será un año especial para la Cofradía de Jesús Nazareno de Villaviciosa, porque cumple 350 de historia, lo que celebrará con un amplio programa de actividades.
La primera de ellas será la inauguración de una exposición en la Fundación Cardín, el jueves 22, a las 19 horas. Y solo un día más tarde el doctor en Historia del Arte, especialista en religiosidad popular y director de la revista ‘Pasos de Semana Santa’, Antonio Bonet, leerá el pregón en la iglesia parroquial.
Una de las principales novedades tendrá lugar el Sábado Santo con el traslado de la Vigilia Pascual a la iglesia de la Oliva. Una noche que también será muy especial para Luanco, cuya celebración central tendrá lugar al día siguiente, Domingo de Resurrección, en el escenario la playa de La Ribera. Allí, en la ceremonia de La Venia, un ritual del que se tienen noticias en las crónicas locales del siglo XVIII, un abanderado rendirá un particular tributo a los pies de la Virgen Dolorosa y del Cristo resucitado con un pendón de la Cofradía de Pescadores. Se trata, reza la tradición, de que la bandera pase rozando la arena sin tocarla, un augurio de que será un año de buena pesca. Y, tras el tercer pase, se desprenderá el velo de la Virgen y estallarán la alegría y los voladores.
Los aires marineros mandarán también en Candás –donde uno de los protagonistas será el Canto de La Salve, que tiene lugar el Sábado Santo y el Domingo de Resurrección en la plaza del Paseín– y en las procesiones en Luarca, con un origen que se remonta a 1695 y que no se interrumpieron ni en la contienda civil. Allí, el fervor por el Nazareno es tal que en prácticamente todas las familias luarquesas hay cofrades, sumando un millar en una población de cuatro mil habitantes. Una villa en la que la procesión más emotiva se celebra el Jueves Santo con la subida hacia la capilla de La Atalaya, que a muchos les traslada al Gólgota, aunque tampoco es recomendable perderse la del sábado, con las primeras luces del día, viendo los acantilados y el mar.
Habrá celebraciones con tanta raigambre como las de Piantón, en Vegadeo, que acoge cada Domingo de Resurrección una de las citas más antiguas de la comarca occidental, con siglos de historia.
En la localidad, desde hace décadas se enfrentan un pendón blanco, que simboliza la vida, y otro negro, el de la muerte.
Tras el bandeo tiene lugar otro de los momentos centrales de la celebración, cuando un pequeño ataviado como un ángel es izado bajo un arco de flores para poder abrazar a la Virgen y retirarle el manto negro de luto. Se anuncia así la Resurrección de Cristo, que es acompañada con una suelta de palomas.
Competirán con los actos de nuevo cuño, como el Vía Crucis viviente de Infiesto, en el que se recrean los momentos finales de la vida de Jesús con escenarios ambientados en la Jerusalén de la época, una tradición que también se mantiene en Villanueva de Oscos.
Misas de niños, oficios por el rito hispano-mozárabe, bendiciones del agua y el fuego, procesiones a paso legionario, incienso, dolorosas y verónicas, vigilias y silencio, ‘madrugás’, indultos y besos de Judas, Asturias está ya lista para vestirse de capirotes, mantillas y velas, y sus cientos de cofrades, preparados para salir a las calles, portar los pasos y mostrar su devoción. Y, si no le convence la vertiente fervorosa de las fechas, siempre puede acercarse al mercáu de artesanía y alimentación de Colunga, al festival de la marañuela de Luanco o a las carreras de caballos en la playa que se organizan en Ribadesella.
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