Por todos es sabido que la devoción a la Esperanza Macarena es universal, en todo el orbe católico podemos encontrar imágenes, estampas, oraciones... dedicadas a la Madre de Dios que desde su Basílica sevillana bendice y consuela al mundo entero, desde México hasta Filipinas. Una muestra de la devoción que se le tiene, y que a veces pasa desapercibida, es la gran popularidad que alcanzan fuera de España las composiciones dedicadas a la Señora de Sevilla.
Himno de la Esperanza Macarena - Banda Re Ġorġ V, Mqabba (Malta)
(Fuente: Santa Marija Mqabba)
(Fuente: Santa Marija Mqabba)
Un ejemplo de ello lo podemos encontrar en la versión realizada por David Agius, para solista vocal y banda de música, del "Himno a la Esperanza Macarena", interpretada por Francesca Farrugia y la Banda del Rey Jorge V de Mqabba (Malta) en abril de 2014...y es que la devoción a la Macarena, no conoce fronteras, sobre todo en este país del Mediterráneo de fuerte tradición católica, y en dónde la Semana Santa ocupa un lugar muy importante entre las celebraciones anuales.
Francesca Farrugia y la Banda del Rey Jorge V interpretando el "Himno a la Esperanza Macarena". (Fuente: Santa Marija Mqabba) |
Fue el día 18 de Diciembre del año 2000, Festividad de la Esperanza, cuando tuvo lugar el estreno del "Himno a la Esperanza Macarena" en la Basílica de la Señora de Sevilla. Su estreno procesional tuvo lugar en la Madrugá del Viernes Santo del 2001. Su música fue compuesta por el gran Abel Moreno Gómez, con letra original de Joaquín Caro Romero, la cual podemos leer seguidamente:
La Virgen de la Esperanza,
entre Rosario y Sentencia,
bajó del cielo a Sevilla
para hacerse Macarena.
Si el Arco es imán de fe,
la Basílica es la flecha
que apunta con la espadaña
más allá de las estrellas.
Eres la Madre de Dios
y Dios en Ti se recrea,
porque todas las virtudes
las concentró en tu belleza.
El verde de tu Esperanza
le da a la parda estameña
de Sor Ángela en sus hijas
el amor de su promesa.
La Virgen de la Esperanza,
entre Rosario y Sentencia,
bajó del cielo a Sevilla
para hacerse Macarena.
Desde que suenan maitines
el macareno es varal
y la mujer macarena
una flor para tu altar.
De San Basilio a San Gil
cabe la Roma imperial
y en tu camarín el gozo
de la corte celestial.
Señora de nuestra vida,
razón de felicidad,
gracias por bajar del cielo
y por poderte llamar
Macarena en este mundo
y de aquí a la eternidad.
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