La procesión del Prendimiento, de los Estudiantes, congrega en las calles de Oviedo a centenares de personas que disfrutan con flores y pasión del "paso más andaluz"
31.03.2015
Miguel L. SERRANO - A Martín Fernández, que ponía cara de no entender nada, hubo que explicarle que lo que estaba viendo era la procesión del Prendimiento, "una tradición en Oviedo", que el humo que olía era incienso y que la gente tenía claveles rojos para ofrecérselos a él, a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, que era el protagonista de todo, a quien apuntaban las cámaras de los teléfonos móviles y miraba todo el mundo.
Martín tiene dos años y medio y su expresión, a hombros de su madre, era la de un niño asombrado por la escena que buscaba a papá, que allí estaba de Guardia Civil, a la vera del paso, serio porque tenía que estarlo pero con permiso para un guiño de vez en cuando. Era uno más, en realidad, de la tercera procesión de la Semana Santa ovetense, la segunda consecutiva de Los Estudiantes, que congregó ayer en las calles de Oviedo a centenares de personas que tiñeron de rojo la ciudad.
Porque, como es tradición, los fieles podían ofrecer claveles rojos a Jesús de la Sentencia. Y eso fue lo que hicieron: agolparse en los márgenes de las calles para entregar un total de mil claveles y pedir, por ejemplo, que la lesión en el brazo se cure lo antes posible, como hizo Elisa Menéndez, que esperaba en la avenida de Torrelavega con su brazo derecho en cabestrillo.
"Me encanta esta procesión porque es la más andaluza. La imagen es preciosa y la gente transmite mucho", explicaba Menéndez antes de que el olor a incienso y el sonido de los tambores anunciara la llegada del paso.
Fue una procesión mucho más ligera que la que un día antes protagonizaron también Los Estudiantes. Esta vez la imagen pesaba 400 kilos, la mitad que entonces, y tuvo una duración de algo más de dos horas, nada que ver con las ocho del domingo. El cielo azul y la buena temperatura, por lo demás, facilitaron la tarea a los 25 cofrades, camisa blanca, guantes blancos y pantalón negro, que sostenían sobre sus hombros a Jesús de la Sentencia. Entre ellos, con gesto esforzado y de recogimiento, estaba Andrés Llavona, concejal de Foro en Oviedo, a unos metros también de la representación municipal formada por el Alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, y los concejales Gerardo Antuña y José Ramón Pando.
Hubo fieles que para captar el momento sólo tuvieron que salir a sus ventanas, muchas de ellas decoradas con banderas de Asturias y España, y hubo otros que acompañaron la procesión durante todo el recorrido por la subida de la Cuesta de La Vega hasta la capilla de la Universidad, donde el paso fue depositado más allá de las diez y cuarto de la noche.
"Me gusta ver de cerca todo esto y sentirlo", confesaba Carmen García, zamorana afincada en Oviedo hace cincuenta años. "Es una de las que más merecen la pena", añadía María José Muñiz. Ellas estaban más enteradas que el pequeño Martín, que algún día lo entenderá como ellas.
Diario LA NUEVA ESPAÑA:
http://www.lne.es/oviedo/2015/03/31/mil-claveles-rojos-jesus-sentencia/1735041.html
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