Abel Moreno se hizo popular como director de las bandas del Soria 9 en Sevilla, e Inmemorial del Rey, en Madrid.
JOSÉ JOAQUÍN LEÓN | 23.02.2013
Abel Moreno, compositor y director de música militar (Fotografía: Antonio Pizarro) |
-¿Cuántas marchas ha compuesto desde la última Semana Santa?
-Este año han sido más, 10. En Sevilla, una para el 50 aniversario de la Banda de Música de la Cruz Roja y otra para San Esteban. En la provincia de Sevilla, para las coronaciones canónicas de Lebrija y Camas. Para el 25 aniversario de la coronación de la Palma, en Cádiz. Y para Aracena (Huelva), Ponferrada (León), Autol (Logroño) y Callosa (Alicante). También una, aún sin estrenar, para la Virgen de la Cinta, de Huelva.
-No le falta trabajo.
-Mi música es muy popular en toda España. Mi forma de componer es sencilla. Mi experiencia como director me ha ayudado.
-¿En qué sentido?
-Antes de dirigir la Música del Soria 9, ya había sido director de otras bandas. Pude ver que en otras ciudades no suelen tener secciones de cornetas. Por eso, marchas como Estrella Sublime o Virgen de las Aguas apenas se oyen fuera de Andalucía. Yo compuse Hermanos costaleros, o Macarena, que no tienen corneta.
-¿Por qué se hace popular una marcha?
-Cuando le gusta a la gente… Es verdad que los costaleros imponen mucho el repertorio. En general, les gustan las marchas rítmicas. Y no sólo los costaleros, ya que los que cargan de otras formas, por ejemplo en Málaga o Cádiz, también quieren marchas rítmicas.
-¿Su mejor marcha es La Madrugá?
-Sí, sin ninguna duda. Se interpreta en todo el mundo, incluso en Japón y en Australia. Lo sé por los derechos de autor.
-¿Está por encima de la música de Semana Santa?
-Claro, porque está en el repertorio sinfónico. La Orquesta Nacional de España la ha interpretado, en el Auditorio Nacional, junto al Réquiem de Mozart. Es tema musical en cuatro películas de cine: Soy bonita (alemana), Passo Pasión (francesa), en Alatriste, y en un corto inspirado en su música, que se titula La orquesta de las mariposas.
-Al principio, usted no tenía claro si se debía tocar en la calle...
-Sabía que resultaría bonita, pero no tenía claro si acompañaba bien para andar. Después vimos que sí, fue un éxito. En 2012 se han cumplido los 25 años de La Madrugá. Se toca y se oye en funerales, pero también en bodas.
-En algunos funerales de militares se han oído marchas de Semana Santa.
-Cuando yo dirigía la Inmemorial del Rey, han tocado La Madrugá y Al Señor de Pasión en funerales de víctimas de ETA. Es curioso que la Semana Santa adaptó marchas fúnebres de Chopin y Wagner, y ahora sucede lo contrario.
-Aparte de La Madrugá, elija sus mejores marchas, las que le definen.
-Diría Hermanos costaleros, a la que tengo mucho cariño, aunque es de las más sencillas. Cristo de la Defensión, dedicada a esta imagen de Jerez, como marcha fúnebre. Y Macarena… Pero hay muchas de calidad.
-Pues diga algunas más...
-Entre mis mejores marchas fúnebres están Soledad Franciscana (de San Buenaventura), Cristo de la Agonía (de Málaga), Al Señor de Sevilla (Gran Poder) y Al Señor de Pasión.
-Y de las suyas ¿cuál es la que más se interpreta?
-Las más rítmicas. Según las estadísticas, una de mis marchas, Macarena, era la que más se interpretaba en España. Pero, desde hace dos años, la que más se interpreta es otra mía, Encarnación Coronada, que es esa en la que se canta el Ave María. Se ha puesto de moda.
-¿Esta marcha es la que le deja más beneficios?
-Ninguna deja beneficios. Las marchas no pagan derechos de autor. La Madrugá sí, por las películas y los conciertos.
-¿Deberían pagarles derechos de autor?
-En toda la procesión no, pero sí en la carrera oficial, porque hay recaudación. Se ha dejado, por no buscar conflictos. Yo vivo de los pasodobles toreros.
-Ahí le llaman el rey...
-En Francia me dicen el Rey del pasodoble y en Sudamérica el Torero de la música. En la Maestranza de Sevilla, el número uno de los pasodobles más interpretados es el mío dedicado a Dávila Miura.
-Es su otra especialidad.
-He compuesto 150 marchas y 80 pasodobles. De toda índole, no sólo taurinos, también de concierto, y dedicados a ciudades como Antequera o Jabugo.
-¿En qué basa su éxito?
-En la sencillez. En Francia, y en algunos lugares de España hay bandas de sólo 18 músicos en las plazas de toros. Necesitan pasodobles buenos, pero sencillos, porque uno difícil no lo tocan. Con las bandas de Semana Santa, pasa igual.
-¿Se lo pone fácil?
-He compuesto muchas marchas en registros cómodos. No están pensadas sólo para músicos profesionales, porque algunos no lo son, aunque han mejorado mucho en los últimos años.
-¿Las bandas de ahora son mejores?
-Han evolucionado. Cuentan con jóvenes que han estudiado en los conservatorios. Cuando yo dirigía el Soria 9, dejaba a mi fagot para que saliera en el Silencio. En Sevilla sólo había ese fagot y el de la Banda Municipal. Ahora casi todas los tienen.
-¿Aún le queda por hacer su gran marcha?
-Creo que, después de La Madrugá, no puedo hacer algo así. En el Teatro de la Ópera de Niza, en un concierto con la Inmemorial del Rey, llevaba música de Turina y Falla, pero el teatro sólo se puso en pie con La Madrugá. Para mí, fue la prueba del algodón. Dicen que es el himno de la Semana Santa de España, no de Sevilla, de España.
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