«En cuanto el Ayuntamiento nos conceda el permiso, empezaremos las obras», avanza el parróco, Alberto Reigada
La iglesia ; a la izquierda, el terreno en el que se ampliará. / M. R
DANIEL LUMBRERAS, OVIEDO.
29 marzo 2017
La iglesia de San Francisco Javier de La Tenderina tendrá al fin su ansiada ampliación, pendiente desde su apertura en 1959. «Antonio Nistal, el ecónomo de la diócesis, nos dice que el proyecto que tenemos ahora es viable y hay que llevarlo adelante», confirmó el párroco del templo, Alberto Reigada.
El plan de reforma, firmado por el arquitecto Alfonso Toribio y que cuenta con un presupuesto aproximado de 600.000 euros, ya había sido presentado en 2015, pero entonces la falta de apoyo del Economato de la diócesis lo paralizó.
Las obras se realizarán en el prado anexo a la iglesia, cedido por el Ayuntamiento en 2003. «Va a haber una planta sótano, donde irá un columbario. En la planta baja, a ras de la zona vieja, se hará una ampliación. Con el giro del altar se va a aumentar un tercio la capacidad de la iglesia y habrá una sacristía y un despacho de acogida para Cáritas», detalló Reigada. Ya se han interesado por depositar cenizas en el templo, aseguró el sacerdote, «unas setenta familias».
La reforma también abordará la mejora de la accesibilidad. «Habilitaremos un ascensor a la parte nueva para la gente que no tiene fácil movilidad en el hueco de una escalera transitable, que culminaría como una torre», detalló el párroco.
El apoyo financiero del Arzobispado se concreta en la petición de un préstamo bancario con un plazo de devolución de entre quince y veinte años. En palabras de Reigada, «sale de garante». Además, los propios feligreses ya le han facilitado, sin habérselo pedido «casi un tercio» de lo que cuesta la obra.
Tras un concurso entre varias empresas, que les han dado presupuestos y un plazo de ejecución de entre cuatro y cinco meses, el párroco cuenta que esperan la licencia, que acumula un retraso de meses. «En cuanto el Ayuntamiento nos conceda el permiso, empezaremos las obras», sentenció Reigada.
Jesús Sanz Montes, el arzobispo, se mostró hace tres días en una visita confiado en que «podamos gozar de un templo adecuado con sus dependencias adecuadas». «Ya era hora», señaló Reigada, que recalcó la gran cantidad y la asiduidad de sus parroquianos.
Ya en 2006, el arquitecto Felipe Díaz de Miranda había presentado un proyecto de rehabilitación, pero fue rechazado debido a su coste, inasumible al llegar la crisis económica. Tampoco se recaudaron fondos suficientes para otro intento en 1983.
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