Cientos de fieles entregan flores y se emocionan en la subida, a toda velocidad, de La Vega
ROSALÍA AGUDÍN/11 abril 2017
Claveles y más claveles. No faltaron en la procesión de El Prendimiento que arrancó ayer, las ocho de la tarde, de la parroquia de San Javier de La Tenderima. Los ovetenses se volcaron con la Hermandad de los Estudiantes y colaboraron con decenas de flores que después tendrán su protagonismo en la noche del jueves al viernes. «Este recorrido es muy emotivo porque el Cristo sale vestido de blanco y la gente nos entrega ramos que saldrán en 'La Madrugá'», según señaló ayer el vestidor de la cofradía, Igor Feijoo.
Él y otros dos miembros de la hermandad fueron los encargados de depositar cada clavel sobre el Cristo y también de dar a los más pequeños de la casa una estampa. Pero en la memoria de Feijoo y de los demás cofrades estuvo muy presente el pequeño Pelayo. Él toca el tambor en cada procesión y esta Semana Santa no lo podrá hacer. La razón es que el domingo se puso malo y ayer «fue operado de apendicitis». «Él está muy apenado porque lleva todo el año preparando estos días», destacó.
No obstante, el momento más emotivo fue pasadas las 21.15 horas cuando subieron a toda velocidad la cuesta de La Vega y tal fue la pasión que levantaron que más de uno se emocionó.
La imagen quedó depositada en la capilla del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo, a la espera de 'La Madrugá'.
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